Una mariposa alada,
del mundo de los sueños,
de una hermosa,
amapola se enamoró.
La rondaba días y noches,
hasta que le diera su amor.
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pasó la primavera,
y nadie la pudo tocar,
rebosante de néctar y miel,
ella ya no podía más.
Ya empezaban sus hojas,
al suelo caer,
y la mariposa,
no la quería perder.
El último día de primavera,
se atrevió entrándole firmemente,
hasta el centro de su corazón,
la amapola ya desgreñada,
porque el tiempo se le pasó.
Y tanto amor le ha entregado,
que la mariposa se pegó,
con tanta miel de sus labios,
que no se pudo resistir,
y quedaron las dos unidas,
para así, este año morir.
ENRIQUE NIETO RUBIO,
DERECHOS DE AUTOR.
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