lunes, 7 de diciembre de 2020

.De tu paraiso hacia mi infierno de Silvia

 


Distinguido caballero, de brillante armadura; 
hombre vanidoso frente a sus magistrales letras… 
que camina altivo, exclamando palabras al viento, 
como siniestras carnadas, a peces en la corriente; 
el presente mensaje…pretendo puedas encontrar.
Cinco años por ti, acepté vivir en densas tinieblas; 
siempre disculpándote...recurrí a la autoflagelación; 
por lo que la distancia, brindarte me obstaculizaba; 
alternando siempre, con mil y una historias ilusorias, 
para ofrecer al corazón, la más calamitosa apología.
Mi cándido espíritu, a tu vera ansiaba perpetuarse; 
más tú, con cruel abatimiento has llegado a vociferar, 
que no me amas más… ¡No soy la mujer que mereces! 
Pues a mi lado, la felicidad es solamente un ensueño… 
y por ello, una dulce damisela raudo deberás encontrar.
 
Cada quien posee una forma única de relacionarse… 
así como de recibir y aceptar lo que con amor le brindan.. 
Y lamento honestamente, que todo lo que contigo fui; 
no haya sido suficiente, para nuestras vidas compartir. 
Más cada etapa tiene su encanto; incluyendo la separación. 
Mi existencia no ha florecido fácilmente; está colmada 
de victorias y derrotas; de bendiciones y desesperanzas; 
de alegría y tristezas, de compañía y largos aislamientos. 
Por eso comprendo, que siempre hay ciclos que cerrar; 
así pues, hoy…te dejo libre ¡Vuela lejos y alto mi amor! 
Adiós vida de mi vida, mil gracias por bien amarme… 
por mantener candente este loco y exhausto corazón; 
por los días y noches, en que al cielo junto a ti remonté; 
por el júbilo de volver a iluminarme y decir un te amo, 
pero sobre todo, por brindarle un nuevo sentido a mi vida. 
Con el alma contrita y toda mi humanidad fragmentada, 
admito amargamente la siniestra y fatídica derrota… 
Lágrimas humedecen mi rostro y respirar es ardua labor; 
más de tu "Paraíso hacia...mi infierno", hoy me destierro"; 
porque te amo, y llanamente anhelo que seas muy feliz.



Silvia Regina Cossío Cámara

*Andrés Alfredo Orellana Pineda*

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