miércoles, 26 de noviembre de 2014

.Dedicado a Alejandra...una dulce bailarina.



Tu mi dulce bailarina,
 que inundas mi pasión, 
vueltas y vueltas das,
 entornó a mi corazón, 

Que no pares de bailar,
  juntito a mi querer... 
que tus manos me acaricien,
 cuando gires a la vez, 


Tu mi dulce bailarina, 
 que iluminas mi sentir, 
alzándote de tobillos,
 y bailando junto a mí.

Una danza muy romántica,
 una danza de ilusión, 
rozándome con tu cabello,
 enciendes mi corazón, 


Baila, baila bailarina,
 ya no pares de bailar, 
que yo estaré contigo,
 para toda la eternidad, 


Pues yo seré tu melodía, 
 para que puedas bailar, 
y llevarte hasta la cumbre de los cielos,
 llena de felicidad.
Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*

sábado, 22 de noviembre de 2014

.Días de Navidad (cuentos)

Un día de diciembre... en la capital Cordobesa, 
un adinerado joyero llamado Rafael, a raíz de una fiesta que él hacía con los altos cargos municipales, se puso tan malo que lo tuvieron que llevar al hospital Reina Sofía.

Allí estuvo en coma muchísimos días, pero su cuerpo lo tuvieron que amarrar, pues no paraba de moverse y temían que se cayera.

Uno de los doctores supuso que estaba luchando con la muerte y solo les quedaba esperar a ver quién ganaba.

Su cuerpo empapado en sudor se mantenía siempre y temían que sería lo peor de lo peor. Así estuvo dos semanas, hasta que la fiebre fue bajando; mientras su rostro se demacraba.

Los análisis no detectaron nada, pero él iba perdiendo peso día tras día hasta quedarse en los huesos... De pronto una mañana despertó y dijo:
-He hablado con la muerte y me ha dado otra oportunidad, me ha dicho que haga algo grande en Navidad.

De pronto tenía mucha hambre y comía muy bien, hasta que su rostro se notaba rejuvenecido, o al menos eso es lo que decían quienes lo conocían.



Con el tiempo se recuperó completamente, pero los médicos aún no sabían si su afección se debía a un fallo cardíaco o a si el motivo era otro; pues la pruebas no arrojaron ningún resultado. 

Así pues, determinaron que para ello debían de hacerle más pruebas... pero esa misma mañana, él se vistió, pidió su alta y se marchó.

Se dirigió directamente a los centros comerciales de Córdoba, donde él vendía joyas.

Decidió poner unos micrófonos para enterarse qué comentaban sus clientes acerca de los precios, y a las dependientas les dijo:
Si algún cliente no dice comentario alguno, tendréis que sonsacarlos y os gratificaré por hacerlo... ¿Vale?

Entre sus trabajadores y las cámaras de vigilancia él podía controlar todo.

La mayoría decían que las joyas eran maravillosas, pero no podían pagarlas; inclusive a algunos, se le escapaba alguna lágrima al enterarse de los precios; pues deseaban entregar un hermoso regalo en vísperas de Navidad... pero les sería imposible.

Cuando los clientes, terminaban de hacer las compras, marchaban hacia las escaleras elevadoras, quienes en su mayoría eran personas de clase media.

Al bajar encontraban una mesa grandísima y al frente al joyero, quien iba identificando a los clientes que visitaron sus joyerías y que no habían podido comprar nada... y les decía;

¿Usted se ha parado en la joyería, verdad?

-¡Sí! Afirmaban las personas.
Pues póngase en esta cola, y al oído les susurraba:Usted va a recibir un regalo.

Cuando llegaban a la mesa, allí estaba Rafael, quien cuestionaba:
¿Usted vio una joya para su novia, verdad?
-¡Sí, señor, así fue!
¿Era este juego de pendientes y este collar?
-Sí, pero su precio es tan alto, qué imposible ha sido comprarlos.

-Bueno, pues tómelos, ya están listos en sus cajitas envueltos y hasta con sus lícitos.
Confío en que usted me los pagara como a usted le venga en gana,,,¿Sí?
-¿Sin recibos, ni nada de nada?

Sí, sin ninguna clase de comprobantes, tal cual dice.

Lo mismo hizo con todos ellos... muchos comentaban:
-¡Es mucho dinero!

¿Pero cómo es posible?
 ¿Acaso no son joyas muy valiosas?
Para que ahora el dueño se los metiera en el bolso y los dejara marchar.

Eso sucedió durante todas las vísperas de Navidad hasta el cinco de enero, Día de Reyes.

Fueron miles de euros los que dejó volar; y él sabía que la mayoría de los clientes no pagarían nunca; sin embargo, si decía que eran regalados, lo tomarían por loco.

El día seis de enero, muchísimas parejas y matrimonios gozaron del día más feliz de todo el año, pues recibieron los regalos más hermosos de sus vidas.

Rafael se sentía orgulloso, pues esas Navidades repartió amor y felicidad en toda Córdoba.

¿Esto si es un cuento de ricos... verdad? ¡Jajajá!

Sin embargo, es fantasía, pues lamentablemente, esto no existe en la realidad.




Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*

lunes, 17 de noviembre de 2014

.No me hagas sufrir más.



No me hagas sufrir más,
 no dejes que como un niño muera; 
dejándome solo en la acera, 
sin que nadie me vea al pasar. 

No me hagas tú sufrir más.
 no permitas que muera de dolor,
porque si no te tengo cerca de mí,
 se me rompe el corazón. 
Ando en busca de una nube negra, 
para poderme esconder; 
y que mis lágrimas sean la lluvia,
 que consuele mi querer. 
Que los truenos ensordecedores sean,
 el canto de mi dolor... 
para así estar un poco tranquilo,
 sin pensar en este amor. 
Que añorándote me vuelvo loco,
 tantas olas de pasión. 
No me hagas sufrir más...
y no permitas, que se muera mi dolor. 

Porque sí me buscas algún día,
 y no me encuentras por allí; 
será quizás porque morí aquel día...
 en que te fuiste de mí. 
Y luego... si de mí, quieres saber,
 búscame en el cementerio; 
y triste encontrarás que por ti,
 me enterraron de negro. 

Mi epitafio rezará:
 Este hombre murió por un amor... 
que partió dejándolo abandonado,
 y sin siquiera una flor. 

Enrique Nieto Rubio 
*Derechos Reservados*

sábado, 8 de noviembre de 2014

.Por qué te escondes de mi.



¿Por qué, te escondes de mí?



Si por ti y a tu lado,
 días yo padecí,
 y noches sin dormir yo dejé.

Porque te escondes de mí,
 si en las frescas noches de luna llena, 

cuando en mis brazos te encontrabas...
yo te sentía más que mía. 

Porque, si te di, todo cuanto tenía para dar,
 ahora tú te escondes de mí. 


Pero sé que estás aquí,
 y no te presentas porque,
 conmigo no quieres hablar, 

y no comprendo por qué, 
ya que yo, al igual que ayer,
 te pienso y te añoro. 


Como decías tú,
 tengo un dolor en la pancita,
 cuando me acuerdo de ti. 


Te añoro, y no hay un solo día,
 sin que te piense,
 porque sé que estás aquí. 


Cuantos llantos me has dejado,
 clavados en mi corazón...

cuántos sueños perdidos,
 sin decirme un solo un adiós. 

Cuantos días, cuantas noches,
 disfrute rodeado por tu querer; 

que ahora son torturas en mis pesares,
y no me dejan ni ver. 

Tú sientes lo mismo...
y por eso sin aviso decidiste partir; 
ahora tú te escondes,
 para que no pueda,
 tener noticias de ti... 
Pero debes saber,
 qué igual te tengo tan cerca,
 y que no puedo dormir; 
y que con cada amanecer,
 guardo la esperanza,
 de volverte a encontrar.


Me abrazo a la almohada,
 cierro los ojos y te siento cerca de mí... 

porque bien sabes mi cielo,
 que te añoro y este mundo sin ti, 

es como vivir ciego, 
sordo, y sin sentir.
 ¡Es vivir muerto en vida! 

Yo también sentí tu amor...
y tengo la certeza que sufres también. 


Por eso, sin importar tu abandono,
 y a pesar de todo cuanto he padecido,

aún hoy por hoy, te quiero,
 y por eso pienso en ti...
porque seguro estoy,

que también me extrañas...
y que mis sentimientos,
 son correspondidos.

Y no pondré tu nombre,
 porque al final,
 todos muy bien saben de ti. 


Debes saber que; Si te mueres,
 me muero; que si sufres sufro en ti... 

Si aún me quieres; sin temor regresa,
 que yo te quiero y eso sí es vivir. 

Mientras tanto, seguiremos viviendo,
 solamente de los recuerdos... 

que un día con tanto amor e ilusión,
 ambos construimos.


Enrique Nieto Rubio

*Derechos Reservados*

miércoles, 5 de noviembre de 2014

.Préstame tu corazón de Enricostro.



Préstame tu corazón,
 pues el mío roto está;
 y no puede amar. 

Se me lleno de ilusiones,
 que no me sirvieron de nada. 


Y como nada no es nada;
 muy lleno de nada, lo tengo...

Que el mío solo me sirve,
 para vivir en profundo tormento. 


Préstame tu corazón,
 para que de nuevo pueda amar; 

y así decirle, que aún la quiero,
 y que la tengo que adorar. 


Que por ella yo me muero, 
y que con ella quiero estar; 

y como en antaño, compartir juntos,
 por el camino del amar. 


Pues con un corazón nuevo,
 otra vez viviré entre sus besos; 

y con su cuerpo una vez más,
 poder vibrar con intensidad... 

Porque sé que... cuando a mí regrese,
 nunca jamás se irá; 

¡y con este corazón!
 le brindaré por siempre
! Infinita felicidad! 


Enrique Nieto Rubio 

*Derechos Reservados*


domingo, 2 de noviembre de 2014

.Jonathan, en el prado de acampada de Enricostro.

 Jonathan es un niño de doce años encantador y extrovertido, a quien le gustan las actividades al aire libre.


Así pues, un día, decidió, conjuntamente con sus amigos, irse de campamento a un campo inmenso, en el cual abundaban las margaritas y muchas especies de coloridas y hermosas flores.


Durante el día se la pasaron jugando a la pelota y escondite.

Ya cansados, a media tarde dispusieron tumbarse en la pradera; para observar a los pajarillos revolotear, en busca de apostarse cerca de un frondoso árbol, que se encontraba cerca de ellos.

También contaron la suerte, de observar a miles de mariposas migrando de forma masiva; quienes parecían sentirse tan libres y felices como los chicos en ese momento.


Había avecillas de diferentes especies, tales como jilgueros, petirrojos, ruiseñores, periquitos, las cuales entonaban hermosas melodías... era todo maravilloso... aunque por momentos su cantar era ensordecedor.


Entrada la noche encendieron una linda fogata, y se prepararon unos deliciosos pinchos, los cuales degustaron con una exquisita ensalada fría de papas.

Ya entrada la noche, ingresaron a su tienda de campaña, encendieron una lámpara de queroseno y se sentaron alrededor, mientras nuestro buen anfitrión Jonathan, sacó de su mochila el libro, "Una historia en el espacio"; el cual los dejó en rotundo silencio a los presentes... pues tenía una portada con cuero labrado y un ojo en movimiento, que parecía ser de otro mundo.

Jonathan se sentó sobre una roca, para así llamar la atención de todos... y comenzó a narrar la historia de marcianos que invaden la tierra... todos estaban fascinados. El relato duró por más de dos horas, pero el tiempo se les había ido volando... pues era algo escalofriante pero emocionante a la vez, y esperaban ansiosos de saber cómo terminaría.

De pronto se escuchó un fuerte estruendo, se iluminó el cielo... y al salir, se percataron que venía bajando una gran nave, la cual se posó al lado de su campamento. Acto seguido descendieron unos pequeños hombrecillos, de cabezas y ojos muy grandes e iluminados.

El marciano que estaba al mando, les preguntó:
-¿Os gustaría dar un paseo en nuestro platillo?

Los niños un tanto temerosos, pero alucinados por la historia que recién habían terminado de escuchar, al unísono respondieron:
-¡Sí! ¡Sí! ¡Claro que sí!
Bueno, pues entonces... ¡No se diga más! ¡A subir todos a bordo!


La nave se elevó con la rapidez con la cual había descendido. 

Se dirigieron hacia el infinito, empleando una velocidad supersónica; misma que parecía encoger el espacio-tiempo... surcaron cielos y mares, dándole varias vueltas a la tierra.

Los pequeños aventureros, extasiados, observaban absortos desde una gran ventana... pues relativamente en lapsos cortos de tiempo y en repetidas ocasiones... admiraron la tierra de día y de noche.


Se maravillaron con el paisaje, en el cual se contemplaba de forma magistral sus montañas cubiertas de nieve, volcanes y valles colosales, hermosos lagos y ríos... y la inmensidad del océano.

Horas más tarde, los marcianos los devolvieron al campamento, no sin antes preguntarles si, al día siguiente, deseaban ir a conocer su planeta. 



Los niños nuevamente, más que seducidos, expresaron que les encantaría y los esperarían con ansias. 
 No obstante, Jonathan, un tanto atrevido, les preguntó, si era posible no bajarse del platillo y quedarse a dormir en el lugar.
El marciano esbozo una leve sonrisa, y consintió en su deseo, diciendo:
-Bueno, seréis nuestros invitados de honor; por lo que os daremos vuestras cámaras individuales para que podáis descansar con propiedad.

¡Siiiiiii! Exclamaron los pequeños, ingresando cada uno a su espacio... y como se encontraban exhaustos, pronto se quedaron dormidos.

El platillo, en esta ocasión, se dirigió en dirección de una inmensa estrella, que era su planeta... tan distante, qué imposible es divisar desde la tierra.

La nave ha descendido en un planeta, tres veces más grande que la tierra; el cual está blindado por una cúpula de cristal... o al menos eso parece, y está rodeado por varios soles. Es un mundo de fantasía... pues todo es majestuoso y colosal.

Cuando los niños despertaron, corrieron hacia las ventanas y se deslumbraron con tanta belleza. 

No hay construcciones de ladrillo, cables, et. et, todos son de cristal... y solamente son seis rascacielos inmensos... todos ellos conectados entre sí, por enormes pasadizos del mismo material.

En el interior de cada rascacielos, podían observar trenes transparente con miles de seres, viajando cientos de kilómetros... y recorriendo las grandes ciudades, o sea los otros rascacielos; los cuales se encuentran rodeados por inmensos parques y bosques, donde los marcianos pasean y se divierten.

En este planeta también sus ocupantes, tienen mascotas... solamente que con el cuello muy largo y con la habilidad de conversar.

Los niños están tan felices, jugando y disfrutando de lugar, que poco o nada les ha importado, que llevan días fuera de su hogar... y en lo que menos piensan es en regresar.

En la tierra, los monitores del campamento, al constatar que los niños han desaparecido, han dado aviso a sus padres y a las autoridades. Se ha realizado una investigación y rastreo de gran envergadura, y no se explican cómo es posible no encontrar una sola huella, que les indique la dirección a donde los niños pudiesen haberse dirigido.

Lo único que han encontrado es un gran círculo de maleza quemado. Más como los niños eran muy conocidos en la comunidad, todos los vecinos se han organizado para salir a buscar en el bosque y barrer metro por metro... hasta encontrarlos.

La multitud de personas era tan grande, que desde lejos parecían luciérnagas en el bosque...de pronto un hombre, señalando al cielo, ha comenzado a gritar:
-¡Mirad... mirad! ¡Es un platillo volador!

La nave bajó lentamente, luciendo en todo su esplendor su tamaño, con parpadeantes luces de colores.

Algunos de los presentes han huido, despavoridos, mientras que otros extasiados y casi hipnotizados... solamente se han apartado un tanto, para no ser quemados con la gran estela de fuego que de la nave viene emanando.
Cuando por fin ha posado en la tierra, se ha abierto una puerta, de la cual se ha extendido una escalera, por la cual han descendido los pequeños; quienes agradecidos se han despedido de sus amigos los marcianitos. 

Los extraterrestres, a su vez, les han prometido que para sus próximas vacaciones...de nuevo les visitarán, para llevarlos de vuelta a su planeta.

Los padres de los chicos los han recibido, entre lágrimas de felicidad y regañinas... pero sintiéndose bendecidos de tenerlos nuevamente entre sus brazos... y agradecidos para sus adentros...de la increíble aventura que sus hijos tuvieron la oportunidad de experimentar.




Enrique Nieto Rubio
*De 
Jonathan es un niño de doce años encantador y extrovertido, a quien le gustan las actividades al aire libre. 
Así pues, un día, decidió, conjuntamente con sus amigos, irse de campamento a un campo inmenso, en el cual abundaban las margaritas y muchas especies de coloridas y hermosas flores. 
Durante el día se la pasaron jugando a la pelota y escondite. 
Ya cansados, a media tarde dispusieron tumbarse en la pradera; para observar a los pajarillos, revolotear, en busca de apostarse cerca de un frondoso árbol, que se encontraba cerca de ellos. 
También contaron la suerte, de observar a miles de mariposas migrando de forma masiva; quienes parecían sentirse tan libres y felices como los chicos en ese momento. 

Había avecillas de diferentes especies, tales como jilgueros, petirrojos, ruiseñores, periquitos, las cuales entonaban hermosas melodías... era todo maravilloso... aunque por momentos su cantar era ensordecedor. 
Entrada la noche encendieron una linda fogata, y se prepararon unos deliciosos pinchos, los cuales degustaron con una exquisita ensalada fría de papas.

Ya entrada la noche, ingresaron a su tienda de campaña, encendieron una lámpara de queroseno y se sentaron alrededor, mientras nuestro buen anfitrión Jonathan, sacó de su mochila el libro, "Una historia en el espacio"; el cual los dejó en rotundo silencio a los presentes... pues tenía una portada con cuero labrado y un ojo en movimiento, que parecía ser de otro mundo.

Jonathan se sentó sobre una roca, para así llamar la atención de todos... y comenzó a narrar la historia de marcianos que invaden la tierra... todos estaban fascinados. El relato duró por más de dos horas, pero el tiempo se les había ido volando... pues era algo escalofriante pero emocionante a la vez, y esperaban ansiosos de saber cómo terminaría. 
De pronto se escuchó un fuerte estruendo, se iluminó el cielo... y al salir, se percataron que venía bajando una gran nave, la cual se posó al lado de su campamento. Acto seguido descendieron unos pequeños hombrecillos, de cabezas y ojos muy grandes e iluminados.

El marciano, que estaba al mando, les preguntó:
-¿Os gustaría dar un paseo en nuestro platillo? 

Los niños, un tanto temerosos, pero alucinados por la historia que recién habían terminado de escuchar, al unísono respondieron:
-¡Sí! ¡Sí! ¡Claro que sí!
Bueno, pues entonces... ¡No se diga más! ¡A subir todos a bordo!

La nave se elevó con la rapidez con la cual había descendido. 
Se dirigieron hacia el infinito, empleando una velocidad supersónica; misma que parecía encoger el espacio-tiempo... surcaron cielos y mares, dándole varias vueltas a la tierra. 
Los pequeños aventureros, extasiados, observaban absortos desde una gran ventana... pues relativamente en lapsos cortos de tiempo y en repetidas ocasiones... admiraron la tierra de día y de noche. 

Se maravillaron con el paisaje, en el cual se contemplaba de forma magistral sus montañas cubiertas de nieve, volcanes y valles colosales, hermosos lagos y ríos...y la inmensidad del océano. 

Horas más tarde, los marcianos los devolvieron al campamento, no sin antes preguntarles si, al día siguiente, deseaban ir a conocer su planeta. 

Los niños nuevamente, más que seducidos, expresaron que les encantaría y los esperarían con ansias. No obstante, Jonathan, un tanto atrevido, les preguntó, si era posible no bajarse del platillo y quedarse a dormir en el lugar. 
El marciano esbozo una leve sonrisa, y consintió en su deseo, diciendo:
-Bueno, seréis nuestros invitados de honor; por lo que os daremos vuestras cámaras individuales para que podáis descansar con propiedad. 

¡Siiiiiii! Exclamaron los pequeños, ingresando cada uno a su espacio... y como se encontraban exhaustos, pronto se quedaron dormidos.

El platillo, en esta ocasión, se dirigió en dirección de una inmensa estrella, que era su planeta... tan distante, qué imposible es divisar desde la tierra.


La nave ha descendido en un planeta, tres veces más grande que la tierra; el cual está blindado por una cúpula de cristal... o al menos eso parece, y está rodeado por varios soles. Es un mundo de fantasía... pues todo es majestuoso y colosal. 

Cuando los niños despertaron, corrieron hacia las ventanas y se deslumbraron con tanta belleza. 

No hay construcciones de ladrillo, cables, et. et, todos son de cristal... y solamente son seis rascacielos inmensos... todos ellos conectados entre sí, por enormes pasadizos del mismo material.

En el interior de cada rascacielos, podían observar trenes transparentes con miles de seres, viajando cientos de kilómetros... y recorriendo las grandes ciudades, o sea los otros rascacielos; los cuales se encuentran rodeados por inmensos parques y bosques, donde los marcianos pasean y se divierten.

 

En este planeta también sus ocupantes, tienen mascotas...solamente que con el cuello muy largo y con la habilidad de conversar.

Los niños están tan felices jugando y disfrutando del lugar, que poco o nada les ha importado, que llevan días fuera de su hogar... y en lo que menos piensan es en regresar.

En la tierra, los monitores del campamento, al constatar que los niños han desaparecido, han dado aviso a sus padres y a las autoridades. Se ha realizado una investigación y rastreo de gran envergadura, y no se explican cómo es posible no encontrar una sola huella, que les indique la dirección a donde los niños pudiesen haberse dirigido.

Lo único que han encontrado es un gran círculo de maleza quemado. Más como los niños eran muy conocidos en la comunidad, todos los vecinos se han organizado para salir a buscar en el bosque y barrer metro por metro... hasta encontrarlos.

La multitud de personas era tan grande, que desde lejos parecían luciérnagas en el bosque...de pronto un hombre, señalando al cielo, ha comenzado a gritar:
-¡Mirad... mirad! ¡Es un platillo volador!

La nave bajó lentamente, luciendo en todo su esplendor su tamaño, con parpadeantes luces de colores. 
Algunos de los presentes han huido, despavoridos, mientras que otros extasiados y casi hipnotizados... solamente se han apartado un tanto, para no ser quemados con la gran estela de fuego que de la nave viene emanando.

Cuando por fin ha posado en la tierra, se ha abierto una puerta, de la cual se ha extendido una escalera, por la cual han descendido los pequeños; quienes agradecidos se han despedido de sus amigos los marcianitos. 

Los extraterrestres, a su vez, les han prometido que para sus próximas vacaciones...de nuevo les visitarán, para llevarlos de vuelta a su planeta.

Los padres de los chicos los han recibido, entre lágrimas de felicidad y regañinas... pero sintiéndose bendecidos de tenerlos nuevamente entre sus brazos... y agradecidos para sus adentros...de la increíble aventura que sus hijos tuvieron la oportunidad de experimentar.
Enrique Nieto Rubio
 *Derechos Reservados*
*