jueves, 29 de enero de 2015

.Cuando fuimos a la playa de Enricostro.



Cuando fuimos a la playa.
Amor purito nos prometimos,
en aquel bello atardecer.

Cuando los dos enamorados,
ilusionados nos besábamos dulcemente.
Luego paseábamos por las calles,
e íbamos siempre abrazados los dos…

¡Cuánto sentimiento, amiga!..
¡Cuánta dicha y amor nos embargaba!
Tu bella siempre,
con tu hermoso cabello rizado,
jugueteando con el viento…

El que a su vez acariciaba mi rostro.
Así todas las tardes, hasta el anochecer.

Un día, subimos al hotel...
Tú, deseosa de mí, y yo frenético por tenerte.
¡Qué noche tan maravillosa!
pasamos haciendo el amor, una y otra vez...

tal parecía que no era suficiente,
¡como si el mundo se nos fuese a terminar!
Recuerdo cielo, esa vez…

Cuando los rayos del sol entraron por la ventana;
aún liados nos encontrábamos en la alcoba,
cuando tu amor mío, me dijiste:

¡Tengo hambre! ¡Siento que desfalleceré!
Eso desató un llanto de risas en los dos,
que al final las lágrimas rodaban,
por nuestros rostros y por las blancas sábanas.

Ese tiempo fue maravilloso,
pues amándonos estuvimos,
el lapso de dos semanas.

¡Cuánta felicidad, amada mía!
Todo fue como en un sueño,
mágico y de fantasía.
Cuando regresamos, al domingo siguiente;
decidimos dirigirnos al ayuntamiento,
para pedirle al alcalde,
que uniera nuestras vidas para siempre...
¡Fue magnífico!

Después, ambos muy felices,
salimos del ayuntamiento,
y dulcemente me susurraste:
Soy infinitamente feliz…
"Ahora vete y espérame en la playa...
que no tardo nada"

Emocionado me dirigí hacia el lugar indicado...
más con el paso del tiempo,
tú no aparecías;

me senté a la orilla del mar,
con mis pies cansados en el agua...
Diez años han transcurrido,
y estuve día tras día, esperándote.
Más jamás llegaste;

y no puedo dejar de preguntarme:
¿Qué fue lo que sucedió ese día, mi amor?
Desde que de mí te fuiste,
las noches pasan y se vuelven,
en nuevos amaneceres...

pero para mí siempre, todo mi mundo es gris...
se murió el sol, los colores no existen...
y hasta el agua del mar se ha secado.
. Convirtiéndose en una playa de arena gris.

¡Sí! Arena inclementemente sofocadora,
y abrasadora, que marchitó mi cuerpo.
Hoy en que anciano me encuentro,
sin fuerzas y con pocas... muy pocas lágrimas.

Visitó de vez en cuando nuestra playa;
la cual se encuentra vacía, triste y amarga...
cargada solo de recuerdos ingratos,
y de pena... ¡Qué paso, cariño mío, que paso!
Enrique Nieto Rubio.
*Derechos Reservados*

Cerca de aquella playa, en un garito que llevaba muchos años cerrado, lo están limpiando para venderlo, y entre la basura ha salido un diario viejo, y en su portada salía de aquellos tiempos. ¡Una chica atropellada al cruzar la calle, falleciendo en el mismo instante! Fin.

lunes, 19 de enero de 2015

.La rana del cuento de Enricostro.




 Pepito paseaba un día cerca de la orilla de un río; cuando de pronto... del agua algo saltó, introduciéndose en el bolsillo de su chaqueta; más el chico de esto, no se percató.


Pepito, al llegar a casa, a la cocina, se dirigió para prepararse su merienda; acto seguido al comedor se encaminó, y cuando estaba disponiéndose a degustar su rico emparedado, una rana atrevida encima de la mesa salto.

El chico se llevó inmenso susto ante su desagradable presencia, y gritó:
¡Qué asco! ¡Eres una ligosa y horrible rana!


La rana, mirándolo fijamente muy enojada, replicó:
*¡Oye tú, más respeto, por favor! ¡Qué famosa soy, pues te encuentras frente a la rana del cuento!
-¡Uyyy! Pues para ser de cuento, tienes muy mal genio.
*¿Sabes? Si tú me dieras un beso en los labios, en una hermosa mujer me convertiré.
-Auch! ¿En los labios? ¡Ni lo sueñes... qué asco!
La ranita volvió a preguntar: ¿Bueno quieres o no?

Pepito se sentó en la mesa... expresando que el desagrado, por ella, era tan grande; que hasta el apetito había perdido. ¡Luego exclamó!
-Uffff! Disculpa... pero en los labios, no podría hacerlo.
¿El beso que me pides, podría dártelo en la mejilla?
*¡Venga y no seas miedica! Qué cosas más desagradables hay en el mundo; que se deben de hacer... cuando algo deseamos obtener.

Pepito determinado expresó:
-¡Bueno... vale, que lo haré!
El chico incapaz de poder ocultar, la expresión de repulsión de su rostro, por semejante acción... Cerró los ojos y lentamente un beso le dio...

Y tal cual la rana predijo, en una hermosa mujer se convirtió; quien, plácidamente y sin prenda alguna, sobre la mesa reposaba.

Pepito, quien jamás imaginó que se llevaría semejante sorpresa, aunado al hecho que no esperaba contemplar el cuerpo desnudo de la chica; impresionado hacia atrás, se balanceó. 

Fue tan mala su suerte, que de súbito cayó de espaldas, golpeando fuertemente su cabeza; contra la esquina de la chimenea... y en el acto murió. 
Y la chica, en ese mismo instante... en rana, de nuevo se convirtió. La pobre rana contrariada trató de ayudar a Pepito... pero este no volvió a respirar. 

La ranita se lamentaba:
-¡Vaya! ¡Qué mala suerte tengo! ¡Estoy harta del agua, pero de nuevo... al río tendré que volver!

Desilusionada, por la ventana salió... y dando grandes brincos se marchó. Para llegar al arroyo, necesitaba atravesar la carretera principal; por lo que debía ser precavida, so pena de morir aplastada. 

Cuando creyó que era el momento oportuno para cruzar, se impulsó dando un fuerte salto... sin embargo; sus cálculos fallaron... pues ingresó por la ventanilla de un auto, y dentro de un coche fue a parar.
Cuando el vehículo llegó a su destino, en una cochera se aparcó. La rana presurosa salto, antes de que la puerta del coche se cerrará... y junto al conductor, y sin que este se diera cuenta, a la casa ingresó.

La ranita saltó y saltó, hasta llegar a lo que parecía ser el salón principal; luego encontró unas escaleras y ella subió, encontrando de nuevo al conductor.

La rana pensó en devolverse a la calle... pues nunca antes había visto a este hombre. 


Todo lo contrario con Pepito, pues este era un chico, a quien ella había estado observando por un tiempo; por lo que sabía era bondadoso y ejemplar.
No obstante, el recorrido realizado en el coche, fue de un poco más de hora y media... y como la desdichada rana, temía no encontrar el camino de vuelta a casa, dejando el temor de lado, al hombre se dirigió:

-¡Eyyy! ¡Oye... tú!

El hombre quien no ubicaba, de donde procedía la voz... preguntó:
¿Quién es?
-¡Soy yo, la rana! ¡¿No me ves en la cama?
¡Ahhh! Ahora te veo... en efecto eres una rana, y también puedes hablar.
-¡Sí, soy la rana del cuento! Si tú me das un beso en los labios, me convertiré en mujer.
¿Ahh si? Pues si es como dices, ven para que te bese, pues muy solo me encuentro.

El hombre, sin dudarlo, la beso, y acto seguido tendida sobre la cama; una hermosa mujer desnuda, ante él apareció.

El hombre que no era de buen corazón, carente de escrúpulos, al verla... le dijo:¡Ven para acá, que de ahora en adelante serás mía, y haré contigo lo que me venga en gana!

La pobre infeliz, al ver que el hombre era un bruto y que la destrozaría, salió despavorida corriendo; gritando que prefería continuar su vida como una rana, a tener que soportar a un "hombre"; que no sabía respetar a una mujer.

El hombre la persiguió, pero ella logró escapar por la puerta trasera; más, al llegar al jardín la alcanzó.


Su atacante, casi arrastras, la conducía al interior de la casa; no obstante, horrorizado quedó, cuando la chica en su presencia, una vez más, se convertía en rana. 

El hombre inmediatamente la soltó, logrando la pobrecita deshacerse de él.

La ranita inconsolable lloraba, y se lamentaba:
¡Qué mala suerte tengo! Jamás encontraré, al hombre indicado; pues cada vez que... ante ellos me presento, no demuestran interés en conocerme, y me faltan al respeto de forma vil.

Pasados unos minutos, y más respuesta del susto que se llevó, comenzó a saltar explorando los alrededores.

La suerte de la desdichada rana, ese día, no estaba del todo en su contra, puesto que el sol era abrumador y encontró un hermoso parque, y en su fuente a gusto se bañó.

Cuando se disponía a salir del agua, observó a un chico en compañía de su perro, quienes se encontraban sentados en una banca. 
Él parecía estar muy triste... pues unas lágrimas por sus mejillas rodaban. 
Como ella era de muy buen corazón, no pudo evitar dar un brinco sobre la rama de un pequeño arbusto; y acercándose a él se dirigió:
-¡Hola! ¿Cómo te llamas?
La rana tuvo que llamar su atención, en varias oportunidades; pues él se encontraba absorto en sus pensamientos... hasta que por fin respondió:
¿¡Hola! Mi nombre es Estuardo.
El joven, sin tan siquiera levantar la mirada, y con voz apagada, cuestionó:
Y tú ¿Cómo te llamas?
-Bueno, yo soy una rana. ¿No me ves?


El chico de nueva cuenta, cabizbajo y sin observar de quién se trataba, solamente dijo:
¡Ahhh! Bien por ti!
-¿Por qué me dices eso? ¿Qué te sucede? ¿Por qué estás tan triste?
¡Es que mi novia, a quien con tanto respeto y amor, por años he brindado; hoy me ha llamado, para decirme que nuestra relación ha terminado!
Lamento mucho lo que te sucede... externó la ranita.

En ese momento el chico se percató, de que no había ninguna persona cerca de él; así que volviendo su mirada... a nadie encontró.

La ranita de nueva cuenta llamó su atención, y cuando él por fin la descubrió, expresó:
¡Ohhh! ¡De verdad eres una rana y además puedes hablar!
-¡Sí... soy la rana del cuento! Y si me besas, en mujer me convertiré.
Ahhh ¿Sí? Pensé que eso, solamente sucedía en los cuentos de fantasía.
-¿Sabes? Eso piensan muchos... pero la verdad es que, en mi caso, es una realidad.
¿Entonces si te doy un beso, te convertirías en mujer?
-¡Sí! Pero aquí no podemos, porque cuando me transformo, aparezco desnuda.

El chico, después de reflexionar por un momento, le preguntó:
¿Qué sucederá después de besarte?
-Si me das un beso, tendrías que casarte conmigo, y jamás podrías serme infiel; pues si lo haces terminarás convirtiéndote en rana también.


El joven volvió a quedar en silencio, por lo que la rana insistente, preguntó:
Dime... ¿Lo harías?

Estuardo se quedó observándola por breves segundos, y luego exclamó:
¡Pero con esa bocotá tan grande, que tienes... y esa piel tan rugosa, no creo que seas muy guapa! ¡Jajajá!
La ranita, algo molesta, porque era algo vanidosa, respondió:
-¡Tienes razón...no soy la más guapa! Pero sin duda alguna, soy la más hermosa de las mujeres; ya verás que te sorprenderás.

Estuardo en ese momento, le pidió que no había razón para que se enfadara, pues la pregunta acerca de su belleza, había sido en broma; pues para él, lo único valioso de una mujer, es que fuese una persona poseedora de grandes virtudes.

La ranita, al escuchar al chico, se sintió más que feliz y presurosa, le dijo:
-Sé que no es correcto vanagloriarse a una misma; pero segura estoy que cumpliré con los requisitos, que aspiras en una mujer, así pues... ¿Qué estamos esperando?
¡No perdamos más el tiempo, que ansío pronto puedas conocerme!

El chico divertido sonrió, y aceptó la proposición de la ranita... extendió delicadamente la mano, para alzarla; más ella de un brinco a uno de sus dedos se sujetó.

Durante su recorrido, Estuardo, para sus adentros, pensaba, que todo lo que estaba sucediendo, era tan solo un sueño; caso contrario... estaría en grandes problemas; pues seguramente el rompimiento con su novia, le estaba causando alucinaciones.

Pasados quince minutos, Estuardo ingresó en un amplio terreno, y con la luz de la luna se podía observar amplios jardines, exquisitamente diseñados...

Todo el trayecto del camino, estaba bordeado de grandes y frondosos árboles... y a lo lejos se divisaba una casa espectacular.


Ahora quien creía estar soñando era la ranita; pues aparentemente el chico, aparte de bien parecido, era un hombre inteligente, y muy trabajador.
Tan pronto llegaron a casa, Estuardo subió directo a su habitación, y la cubrió con unas sábanas.
Luego le dijo:

¡Buena ranita... asoma el piquito, que te daré el beso que tanto ansías! Jajajá!
-Puedes reír o burlarte de mí cuánto desees, más te prometo que serás tú, ¡quién después de conocerme! ¡Loquito por mí estarás!

Estuardo sonriendo nuevamente, se acercó a la rana, y un dulce beso en sus labios estampo.

Para su sorpresa, en el acto una hermosa jovencita arropada en medio de sábanas, como por arte de magia, frente a sus ojos apareció.

Esa noche la pasaron en vela; compartieron una cena deliciosa, conversaron y bailaron hasta el amanecer.
Estuardo demostró respeto por la joven en todo momento; cuando decidieron retirarse a descansar, él la condujo a una alcoba, en la cual ella tuviese completa privacidad.

Luego de que ambos descansaron; el chico la llevó de compras, para adquirir todo lo que la joven necesitaba, para iniciar con su nueva vida.

Estuardo cada día, se sentía mucho más atraído por la chica; así que decidió saldrían de vacaciones, y así contar con el tiempo necesario, para conocerse mejor.

Como la pareja de enamorados, compartían los mismos principios y valores, aunado al hecho que ambos gustaban del deporte, bailar, acampar, él, et... terminaron profundamente enamorados.
Bastaron unos pocos meses de convivencia, para que Estuardo sorprendiera a la chiquilla, con una cena romántica; la cual hizo preparar en un íntimo restaurante, cerquita del parque, donde se conocieron... propuesta que la joven, felizmente aceptó.

Isabela, que era el nombre de la joven, jamás a su amado le confesó, el motivo por el cual... ella había recibido el castigo de ser una rana... Más él, como todo un caballero y por delicadeza, nunca se lo cuestionó. Además, al chico poco le importaba, su pasado.
No obstante, siempre tuvo presente la advertencia de su amada Isabela; en cuanto a que, el engaño o traición...es un error que, muchas veces, nos conlleva vivir y afrontar consecuencias dolorosas. 

En el caso específico de nuestro amigo Estuardo, hubiese sido convertirse en el próximo¡"Sapo del cuento!

Colorín, colorado... este cuento ha terminado; porque como acontece en toda bella historia de amor; el drama de la ranita ha terminado; pues los chicos se casaron, tuvieron hijos hermosos; y fueron felices para siempre.

-Fin-
Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*

viernes, 16 de enero de 2015

.El Hijo de Dios (en pensamientos)

Dios todopoderoso, creador de todos los universos, creo nuestra galaxia y de hay un hermoso planeta que fue la tierra, pero lo que él no creó fue la vida en este planeta, pues eso se produjo millones de años después.

Dios solo creaba mundos, galaxias, agujeros negros, cuásares, todo esto a partir de las estrellas... pues millones de ellas existen, y quizás hoy en día sigue haciéndolo.

Él nunca descansa, pues el universo es infinito, qué imposible es incluso para Él llegar al final.

Dios se alejaría tanto, tanto de nosotros, que jamás volvería a saber de este insignificante planeta, que es la tierra.

El omnipotente Dios ha seguido con su trabajo en los confines de todo el universo.

Hoy por hoy, no podría escucharnos, aun si el mundo entero gritara al unísono; pues solo su Hijo puede comunicarse con Él.

¿Pero qué sucedió?... A Dios le atormenta algo y no sabe que es, algo en su mente le molesta; por lo que un día se paró en un punto del universo, y concentrando su mente, vio que en este planeta, había seres que imploraban por Él, y suplicaban por su ayuda con rezos y demás.

Cuando volvió su mirada hacia nosotros, y nos contempló tan chiquititos como incestos, se preguntó:
¿Pero qué es esto?
Viendo que había gran diversidad de seres en esta tierra, quienes no se comprendían y sufrían mucho... escuchó las súplicas.

Dios no podía intervenir en el ser humano, no estaba preparado para la ternura, el amor, el odio, el cariño, etc., etc. Él es tan grande, que está por encima de todo esto, y si ayudaba a alguien con solo señalar con su dedo podría lastimarle, o incluso destruir la tierra entera.

Por lo tanto, no podía ni fijar la vista en nosotros, pues nos mataría sin querer. Sería como querer partir un piñón, con una superexcavadora... al final no quedaría nada.

Así pues, decidió mandar en su nombre a su hijo Jesús; aunque con menos poderes que Él; pero con la certeza que así ayudaría a los seres de este planeta, y para nuestra buenaventura lo hizo.

Porque de no haber sucedido así, hoy por hoy, Dios no podría escucharnos; aun si el mundo entero gritara al unísono; pues solo su Hijo puede comunicarse con Él.
¿Cómo era Jesús Hijo de Dios, cuando fue enviado a la tierra?
Él era una bellísima persona, que irradiaba luz y no despreciaba a nadie, pues era amigo de todos.

Tenía infinidad de poderes; pues a las piedras las convertía en pan; multiplicaba los peces en un río muerto... pero sobre todo pregonaba la palabra de Dios, brindando todo su amor, sin ninguna distinción a todo aquel que se le acercaba. 

Curaba a los enfermos, como “leprosos”; y daba luz a los ciegos; los "cojos" volvían a caminar, desterraba espíritus malignos... y también resucitaba a los muertos ante las súplicas de los familiares.

 
¿Qué hicimos nosotros, a cambio, por todo el bien recibido? Lo humillamos, lo traicionamos, golpeamos y ultrajamos hasta asesinarlo de forma brutal y despiadada.

Le proferimos todo el dolor y desprecio que nos vino en gana... y Él ¿Qué hizo a cambio?

Clavado en la cruz, observaba a todos a su alrededor, con su rostro cubierto de sangre, y el corazón contrito de dolor; pues no entendía como al único ser puro en este mundo, Hijo de Dios; se le retribuyera con maldad, todo el bienestar ofrendado.

Jesús, en medio de su angustiosa agonía, no comprendía cómo era posible, que nadie alzara la mano, para interceder por Él... pues Jesús había dado todo por nosotros.


Con excepción de su Madre y María Magdalena, nadie una lágrima por Él, derramó, derramó por... Todo lo contrario, no sentimos conmiseración o empatía por su dolor; pues nos mofamos y reímos, como si tuviese gracia, el sufrimiento por el cual estaba atravesando.

Pienso que más, que los latigazos, clavos y humillaciones... nuestro desamor fue lo más le dolió.
¿Triste y lamentable verdad?

Su madre María entendió que no éramos dignos de tener un Dios; y resignada aceptó su dolor, y con apenas fuerzas para sostenerse, junto a su Hijo, se quedó, siendo testigo de ese terrible espectáculo, en que la vida su Hijo poco a poco perdía...

Sufrió toda esta barbarie, por el simple hecho de repartir amor, y ayudar a los más necesitados... pero sobre todo, aceptar ser sacrificado, para de esta forma concedernos la oportunidad de un día volver a la presencia de Dios.

Antes y después de Jesús, Dios mandó a muchos profetas más, a esta tierra... quienes por diversidad de motivos se fueron difuminando de este mundo. 

Todos sus apóstoles sufrieron persecución, y en su momento los mataron de forma violenta... y ya veis, solo ha quedado en la tierra sus imágenes, las cuales se utilizan para rememorar los sucesos acaecidos, o como recordatorio para quienes creen en Él Hijo de Dios... y en algunos casos, ni eso... pues también su memoria se trató de borrar de la faz de la tierra; destruyendo todo cuanto pudieron, en lo concerniente a la venida del Hijo de Dios.
Es posible que si Jesús hubiera continuado en la tierra, por algunos años más... todo sería diferente; pues Él quizás hubiera tenido descendencia; sus hijos hubieran heredado sus poderes; y con ello habrían ayudado a millones de personas en el mundo.

Ellos no hubieran consentido que nadie acaparará riquezas; mientras otros no tuvieran que comer. Y tal cual lo hacía Jesús, serían quienes viajarían por el mundo entero, difundiendo sus maravillosas enseñanzas.

Todo sería diferente, pues incluso no creo que las grandes guerras que han devastado a países enteros, y a través, de los siglos, contra la humanidad... se hubieran llevado a cabo; porque sus herederos las hubieran rechazado.


A través de sus enseñanzas y sus dones, todos seríamos más justos, nobles, sabios... mucho más humanos y conscientes, la importancia de vivir en paz y armonía, ayudando a los menos desafortunados.

Sí, definitivamente gozaríamos del privilegio de vivir en un mundo sano, y no condenados a vivir en uno... que podrido esta; por la falta de amor y carencia de virtudes. Es posible que hoy todos formaríamos parte del reino de Dios, viviendo, desde ya, en un paraíso terrenal, tal cual lo hicieron Adán y Eva.

En fin, lo más increíble de esta historia, es que sin importarnos haberle crucificado... todos hoy en día, a través de nuestros actos; seguimos haciendo sus heridas más significativas; pues olvidamos que cada vez que pecamos... ¡Un clavo más insertamos, en el Hijo de Dios!

Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*

domingo, 4 de enero de 2015

.Dedicatoria a Yoli, una señora adorable

 


Ella se marchó, con su corazón destrozado,
 
pues quien era su verdadero amor, 
resultó ser despiadado.

 Entre dolores y desdichas, 
en Navidades doradas;  
y luchando contra la muerte, 
sale la dama victoriosa,
derrotando a la muerte.
  


Pero con el corazón partido, 
perdió ella en su suerte, 
un amor no correspondido, 
dio al traste con su vivir

Que no se acabe la historia, 
pues vencedora ella es,
 y ganadora de victorias... 
y batalla en el querer.

Siempre con la cabeza bien alta,
 luchadora al por mil. 


Se distingue por ser poseedora,
 de un corazón tan grande,
 que envuelve el sentir; 

Ella es la dama de este portal,
 señora de gran postín...
luchadora empedernida;  
y madre siempre, con un buen sentir, 
que nadie la eche de menos,
 pues ahora sí es feliz. 


¡Hoy de la mano, caminando!
 con su hijo va... disfrutando,
y se siente muy dichoso!


Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*