martes, 30 de agosto de 2016

.Quiero estar por ti de Enricostro.




Quiero estar por ti... siempre;
 y morirme junto a tu amor. 
Quisiera fundirme en ti;
 para convertirnos en uno solo. 
Exclusivamente vivir por ti...
para entregarte mi sentir. 
Saber que eres mía...
me llena de profundas sensaciones.
Mi sentir por ti, no sé describír; 
pues es como olas de pasión. 
Es por eso que, en las noches me cobijo...
junto a tu querer. 
Y aunque el mundo entero, se desplome.
.feliz contigo sería; 
pues llegaste a mi vida para llenarla;
 de luz y bellos colores.


Tal vez no sea, del todo...
amor del bueno, o quizás sí lo sea; 
ya que tú, me lo has dado todo,
 aunque yo no me lo crea... 
Sé que no eres plenamente feliz;
 pues la pasión quedó lejos; 
sin embargo, sabes que sin ti;
 nunca saldría, de las tinieblas.
Porque tú, Rafi amada;
 eres mi vivir... y toda mi ilusión... 
por muchos años que transcurran,
 siempre serás mi amor. 
¿Sabes mi amor? 
Llevamos treinta años de matrimonio... 
y cuando observo el calendario...
¡Cuánto nos hemos amado! 

Es una vida entera a tu lado,
 disfrutando de este gran amor; 
con la bendición de Dios,
 hemos tenido abundancia en todo. 
Tres espléndidos hijos me has regalado,
 y tres bellos nietos... 
Contamos con una nuera y un yerno;
 quienes son los mejores.
Nuestro chico benjamín,
 siempre ha sido nuestro orgullo; 
contamos con la suerte de tener,
 una hija dulce y amorosa; 
Y el último de la camada...
el menor; quien es un querubín; 
estudiante fabuloso;
 quien siempre nos hace... muy felices. 


Nuestro último retoño,
 nos hace viejos y se lleva lo mejor; 
un fabuloso mundo nuevo...
lleno de rosas y todo el amor... 
Por lo tanto; amada mía,
 madre, amiga y esposa a la vez; 
tú me has brindado el regocijo...
de atesorar todo a mis pies. 
Rafi, solamente me resta decirte;
 que muero por tu querer. 
Te amaré con todo lo que soy,
 hasta el término de mis días. 
Y si mi sentir por ti, no es amor...
que venga Dios y lo confirme. 
Puesto que, como este; 
no existen dos ¡Ni por dentro y por fuera! 
Enrique Nieto Rubio 
*Derechos Reservados* 











viernes, 19 de agosto de 2016

.Carta. Amada mía amada amante de Enricostro.



Silvia Regina Cossío Cámara


Amada mía, bien sabes que; 
aunque la distancia que nos separa es grande, mi corazón se muere por ti. 

Tú mi cielo me has dado tanto,
que me estremezco con solo pensarte,
 pues te amo a morir y solo deseo contigo... volver tiempo a compartir.

Aunque confieso,
 que cada vez que te noto distante; 
difícil es cuestionarme...
qué es lo que está pasando; 
pues no entiendo por qué vienes,
 y súbitamente de nuevo te vas.

Me pregunto:
¿Quizás te cansaste de mí?
Y después de un rato reflexionar...
me tranquilizo;
 porque sé que tú también,
 me llevas presente, 
a cada instante y cada día...
y que tu amor por mí, es real.

Espero tu sentir nunca cambie,
 pues me romperías el alma.
Ya ves mi niña, tus vibraciones,
 aunque sea por esta ventana; 
que aunque para muchos,
 sea increíble de creer...
a nosotros nos unió mucho;
 pues siempre te percibo,
 dentro que mi palpitar...
y mis latidos me golpean,
 con tan solo saber que estás aquí.

Por eso mi cielo,

 sé que te quiero tanto, 
tanto... que si fuera chispa, 
encendería la llama de tu corazón,
 de una vez por todas.
y así nunca más,
deseé separarte de mí.

Sabes que cada letra, 

cada golpe de mis dedos,
 en el computador, 
son para ti...
Y me recuerdan que tú estás,
 igual detrás del ordenador;
 y mi alma se engrandece ¡Sí.! 

Amiga mía, amada, amante...
te quiero mucho y tú lo sabes bien.

Te llevo tan presente, 
que siempre te noto y te siento.
 Inclusive hay veces, 
que creo sentir tu respiración,
 muy cerquita de mí...
y se me corta el sentido.

¿Sabes?
En este momento,
 en que te escribo, 
tengo dispuesta una fotografía tuya,
 enfrente de mí...

Solo desearía tenerte entre mis brazos;
 para besarte, acariciarte y sentirte...
porque te anhelo con toda el alma...
pero quizás es únicamente una ilusión. 
Pues tú te encuentras tan lejos y yo tan solo.
Siendo así, solo puedo expresarte,
 que, desearía abrazarte tan fuerte;
hasta estrujarte como un tomate,
 sacarte el jugo... y después te bebería;  
para así tenerte para siempre,
 muy dentro de mí.

¿Sabes? A veces esa distancia,

 es tan grande,
 que hasta el amor parece enfriarse.
 Sin embargo, de veras mi cielo...
te llevo en mí sentir
 y nunca jamás te olvidaré...
eso también, tú lo sabes.

No deseo aburrirte, por lo que solamente terminaré reiterándote, 

que siempre estarás en mi presente;
 porque la distancia no es sinónimo de olvido... Solamente lamento la ausencia y no saber de ti.

Te quiero... y te quiero bien amiga,

 bien lo sabes.
Te echo de menos... sí.


Enrique Nieto Rubio 

*Derechos Reservados*






<Carta concurso... El Desván del Poeta>





domingo, 14 de agosto de 2016

.La Muerte de dos corazones" de Enricostro.



Es de noche... aquí en Marbella, 
una ciudad a la orilla del mar;  

salgo de este departamento,
 pues la soledad me está matando. 

Pensativo salgo buscando,
 las olas del mar, 
bajo la luz de las farolas. 

Hace mucho frío y sopla un viento cortante...
mis lágrimas van cayendo.


Paso a paso... la angustia me ahoga,
 pues mi amada Laura Copperfield; 

mi entrañable y fiel enamorada...
esta mañana ha dejado de respirar... 

cuando cautelosa se disponía,
 a cruzar la calle, por un paso de cebra; 

un mal nacido bebido, 
hasta las trancas, 
infortunadamente la arrolló.

Con un deportivo,
 de muchos miles de euros; 
se la ha llevado empotrada,

en su delantera; 
dejando un rastro en la vía,
 de casi veinte metros de sangre.

Laurita venía a mi lado;
 agarradita de mi mano...
y ese hombre me la arrebató.

Algún día soñábamos con casarnos...
y ahora,
 en mil pedacitos, tengo, mi corazón.



Aun en este momento, siento su mano,
 junto a la mía...
casi puedo percibir su calor; 

y el murmullo de las olas,
 parece hablarme; 
y creo escuchar, su dulce y melodiosa voz. 

Sí, las olas del mar,
 tal cual ella acostumbraba, 
me susurran palabras de amor;  

sin embargo, todo es producto de mi imaginación...
pues ni la luna me hace guiño. 

Fijó la vista en el horizonte, y en la lejanía,
 sobre las olas del mar,
 me parece ver su silueta; o quizás es mi llanto...
el que se mezcla,
 con las gotas de la inmensidad,
 del turbulento mar. 
Me pierdo entre la bruma...
sigo vagando triste y acongojado,
 porque el rumbo he perdido. 
Me encuentro totalmente, desamparado;
sin ella nada me queda...
pues nadie por mi espera.








Mísera muerte la de dos corazones,
ilusionados;
 que en el mismo ataúd, deberán de cargar... 
En el gélido encierro, del sagrado sepulcro;
 nuestros corazones,
 en uno solo se fundirán. 
Y por siempre... nuestras almas benditas,
 en el cielo perpetuamente,
 se amarán. 
¡Porque con su imprevista partida!
yo he muerto también!

Enrique Nieto Rubio.

*Derechos Reservados*