Cuando ella venga a por mí, en este último viaje.
Antes de partir me gustaría conocerla bien,
pues vivir toda una eternidad con ella,
antes debemos de intimar verdad.
Pero qué cosa, si me ha hablado; y me ha dicho,
que he tenido toda una vida para intimar y conocerla,
pero se vuelven mis pensamientos hacia el pasado,
y he visto varias veces a ella, sin darme cuenta,
una vez fue en el río, allí la vi de muy cerca
la verdad es que no me asusté, pues fue clemente entonces.
Otra vez si la vi, cruzando la calle, y ese autobús que rozándome, me pasó,
cierto es que ya la conocía.
Otra vez más se me presentó cuando cruzaba una avenida por donde no debía y allí estaba ella,
me querría mucho, cuando siempre me apartaba del peligro,
y otras tantas veces que por una presa del río cruza vamos a punto de caernos.
Si ahora sé que me quiere mucho y cuando por fin venga a por mí,
la abrazaré con mucho amor para que nunca me deje solo,
pues ya de joven cito la conocí.
Que tú estés conmigo y seremos muy felices.
Sé que tendrás muchos admiradores, pues como seductora eres lo más.
También sé, que no miras la edad ni el sexo, todo te da igual, pero creo que tu amor sí es el mismo para todos,
así mi querida muerte no tengas prisa por llevarme
pero cuando lo hagas, estaré esperándote,
pues mi maleta será ligera, solo la cargaré de amor, sueños realizados, caricias tiernas, palabras hermosas de extrema pasión,
y hermosos sentires vividos, chapó amada mía, tú la muerte, que sin querer moriré por ti.
Pero con tu linda música de este precioso violín que seguro se lo tocas a todos, supongo que para tranquilizarnos será apasionante subir.
Enrique Nieto Rubio
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