Silvia la llamaré,
pues seguro que es ella
con su vestido azul,
hermosa como una estrella.
Lucía con aromas de pasión,
y era lo más feliz.
Paseando por el campo,
se me perdió en un atardecer,
Y aún la sigo buscando,
es la dueña de mi ser.
Pero dicen las personas,
que la han visto volar,
que va surcando los cielos,
y andando entre luceros.
Pero aquí la esperaré,
en el prado del amor,
donde anidan los luceros,
donde vive la pasión.
Qué seguro que ella vuelve,
pues sin ella no viviré.
Mira, mira, por Hay viene ya,
con su pamela de paja,
y su gran pañuelo de seda,
que la ilumina por detrás.
.
Todos dicen que es muy bella,
todos les gritan al pasar.
Silvia, Silvia, que te busca tu amor,
y si le tardas mucho.
Se te muere sin pasión.
Más las nubes se impacientan,
como si quisieran correr,
para que ella siga hermosa,
le señalan, a su querer,
Para vivir siempre juntos,
en el prado del ayer.
Enrique Nieto Rubio.
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