El Castillo Mágico del Poeta.
Érase una historia verdadera, de un fantástico castillo,
se llama El Castillo Mágico del Poeta.
Aquí vive una hermosa princesa, se llama, Fay Gwillyon, de chiquita, una niña maravillosa.
Con su padre, el rey y la reina, ellos siempre la tenían muy cobijada y nunca salía del castillo.
Les construyeron dentro del castillo que además era un palacio tremendo, grandes jardines, ella lo tenía todo, pero de puertas a fuera el mundo era muy cruel, así que estaba constantemente vigilada.
Ella, fue creciendo, hermosa y feliz, pero también había soldados dentro del castillo mágico, que violaban las normas, y evadían la magia, aquella, que con el tiempo fuero aprendiendo,
ya la princesa con dieciséis años, una hermosa muchacha con cabellos dorados, algunos de los vigilantes la miraban, con esos ojos de sátiros violadores, incluso llegando a asediarla, ella, aunque conseguía escapar, siempre estaba, en peligro.
El rey a estos los mandaban a ahorcar, pero siempre salían otros.
Ya en los reinos de España escucharon de esta hermosa princesa Fay, y que este castillo ya no era seguro, pues había demasiados enemigos dentro.
Abd-al Rahman III. soberano del Califato Omeya este rey
se dirigió a este castillo, pidiendo audiencia al rey, viajo con cien camellos llenos de presentes para este rey, pues aunque
las religiones eran muy distintas al musulmán, no lo paraba nada, ya que en otro tiempo lucharon juntos en varias batallas.
Caminaron muchos meses, desde el palacio de medina hazara
de córdoba, hasta llegar a allí. Ya en las puertas del castillo los recibieron maravillosamente, y el rey cenó solo con el y la reina y princesa.
Lo que el califato no esperaba, es tener un polizón en sus filas, y lo descubrieron.
Tenía una babucha, que no se le veía el rostro, y lo detuvieron, por seguridad.
Cuando lo llevaron hasta él, le quitaron la babucha y era la hija del califato, que estando en medina halzahara, escuchó la historia de esta familia, y le picó la curiosidad, esta princesa era una maravillosa niña de dieciséis años, que era una fantástica poetiza, como su madre.
Medina hazara, aquí por entonces, era la cuna de la poesía de todo el mundo, pues su cultura se arraigó en el amor y la poesía.
La literatura, entonces, era lo más grande, y el palacio más hermoso del mundo.
Bueno, seguimos, cuando el califato la vio dijo: pero que haces tú aquí, ella se arrodilló ante él y respondió: padres es que quería conocer a la princesa en apuros:ya te daré yo apuros, anda, ven a mi lado.
Así terminó, esta presentación, y las dos princesas se conocieron y se hicieron muy amigas.
Cuando terminaron la cena, el Cordobés musulmán le dio muchos presentes, en regalos para el y la reina, mientras ellas dos se fueron a sus aposentos, y allí recitaron preciosos poemas de amor a sus apuestos soñadores, de sus noches.
Ya estando la luna encima, una luna nunca vista, las dos princesas salieron a un balcón, allí en una de las torres del castillo, y gozaron de esa noche estrellada que les brindaba el universo. Y que les duró hasta el alba.
El rey del castillo le habló de la inseguridad por su reino y el musulmán le ofreció refuerzos de grandes luchadores, fieles a él.
Y además le propuso, traerse a la princesa al palacio de Córdoba, donde la seguridad era tremenda,
y todos fieles al rey musulmán.
Y así lo hicieron. La princesa del castillo, se tiró cuatro años en el palacio de Medina azara en córdoba, aprendiendo y desarrollándose perfectamente con esta cultura musulmana, que era lo más.
Al poco de marcharse se enamoró de un consejero de este rey y pronto se casarían y marcharían a su castillo mágico, donde todo ya sé
había calmado, y reinaban en paz, con todo su pueblo.
Ellas, desde entonces, se visitan constante, mente y se cartean sus chismes amorosos.
FIN.
Enrique Nieto Rubio,
derechos reservados
Dedicado al CASTILLO MÁGICO DEL POETA,
en este su décimo año. FELICIDADES.
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