Ay esposa mía,
que en los huesos me he quedado
toma esta rosa mi amor,
para que vivas a mi lado,
tanto tiempo trabajando,
y viviendo para ti,
ahora no quieres esta rosa,
pues no te quieres morir,
mira si fuiste fina,
que tu café yo me tomé,
tú te fuiste, a la otra esquina,
y contra la pared yo me estrellé,
toma esta rosa mía,
no me hagas padecer,
que los huesos se me enfrían,
si no tengo tu querer.
anda, y vente tú conmigo,
que muy sólito estoy,
y duermo tan poquito,
que no noto, lo calentito,
de ese cuerpo, de esposa,
que sentía a tu ladito.
Anda y quédate la rosa,
que por mis huesos tú estás,
y yo te daré otra cosa,
que te gustara de verdad.
Anda y no seas tonta,
y vente tú conmigo,
que jugaremos a cosas,
A cosas aquí escondidos.
Enrique Nieto Rubio.
Derechos de autor.
J.YD.D0YC.R.00.98.
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