lunes, 22 de agosto de 2022

..Mi querido diario el encuentro.de Enricostro. cpl.XX.

 Mi querido diario, el encuentro.


Hoy temprano, me he marchado para el bar, y cuando llegué, frente al bar, hay una confitería muy bonita y con un precioso escaparate, para los golosos del dulce, y me ha llamado la atención. Una señora, alta, esbelta y muy elegante, además  preciosa, de cabello moreno y muy largo por detrás y recogido a los lados.
Así que como me ha llamado tanto la atención, que quise verla de cerca.
Llegué por detrás, tenía un vestido blanco con transparencias, y le daba toda la luz directamente y se le notaba un tanga negro perfectamente y le hacía un culo maravilloso.
Ella se volvió, cuando casi la tenía encima, y al verle la cara:
¿Silvia eres tú?
¡Enrico, eres tú, uff qué alegría, chico, qué es de tu vida!
¿Bueno, trabajo aquí en el bar de enfrente?
Bien, ven, he bajado a comprar unos dulces para desayunar; vivo aquí arriba. ¿Por qué no subes y charlamos un rato?
¡Sí, claro! ¡Qué alegría me has dado, chica!
Entramos en el ascensor y nos abrazamos fuertemente; ella olía maravillosamente a canela y vainilla. No sé si era ella o los dulces, pero de todos modos, ¡está para comérsela!
¿Que te has casado, no?
Con el amigo Andrés, al final me harté de él y lo mandé bien lejos; ¡era un cretino!
Pero tú qué guapo estás, unnn... Nos dimos otro fuerte abrazo, así, tierno y acogedor.
Bueno, charlamos todo el día, almorzamos y hasta cenamos, pues es buenísima cocinera, con unas manos grandes y suaves.
Bueno, ya te quedarás a dormir, ¿no?
Cierto es que con la penumbra de las farolas de la calle no apetecía para nada salir, además de ese frío que hacía fuera.
Y que siempre la he deseado con locura y ella a mí también.
Fue un amor de la lejanía y cuánto nos quisimos; aunque el tiempo ha pasado, ella está aún más hermosa.
Ha sido una noche como ninguna; era nuestra noche. Jamás vi un cuerpo tan perfecto como el suyo. Esto ha sido lo más, así, toda una noche de gran pasión, hasta quedar rendidos.
Ya ha amanecido y me he sentado en la descalzadora, contemplando ese cuerpo desnudo, tan bonito y suave, hasta que ella ha despertado.
Enrique Nieto Rubio.
Derechos de autor.
DD.M.DD.DO.IP.

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