lunes, 2 de diciembre de 2013

..La bailarina mágica.

Baila la bailarina,
bella entre las más bellas...
No paraba de bailar 
soñando con un príncipe,
que nunca llegará. 
*
Bailaba día tras día,
con los pies destrozados...
Aun así, imposible le era parar. 
*
Danzando siempre,
para su príncipe imaginario,
pues no lo quería dejar. 
Sus lágrimas brotaban sin cesar,
más ella, no paraba de bailar; 
pues su corazón dolido...
Insistía en continuar. 
Vueltas y vueltas que daba,
en la pista del deseo. 
Ya para las cuatro de la mañana,
quedó sola frente a los espejos.
Más tarde esa madrugada, 
con los ojos empañados,
de tanto llorar, 
y cuando desfalleciendo estaba...
Alguien la tomó en sus brazos.
 
Y danzando la llevaba,
girando y girando,
tomada de sus manos... 
Mientras su rostro,
de nuevo fue embelleciendo...
Paso a paso, beso a beso.
Luego ella posando entre sus hombros...
Se quedó dormida;  
Él gentilmente la tomó en sus brazos,
y a su lado descansó. 

Transcurrieron algunas horas...
Y la bailarina mágica despertó;  
y de nuevo con mucho esmero,
comenzó a girar,
esta vez de felicidad.
Por fin el príncipe de sus sueños...
La había encontrado;  
ya tenía lo que tanto había anhelado...
Para amarlo y darle sus besos. 
*
Juntos se marcharon,
bailando un vals de ensueños. 
En el palacio, ya descansan,
príncipe y princesa a la vez.
Y cada vez que llega la noche, 
bailando juntos se la pasan;
en espera de un nuevo amanecer.
Enrique Nieto Rubio.
*Derechos Reservados*
Colabora en imágenes,
 Silvia Regina Cossio Cámara.

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