lunes, 9 de junio de 2014

.Viaje de vacaciones.

Viajaba una gira por Perú, en un autobús. Era un regalo de empresa que nos habían dado a todos los trabajadores. Íbamos dieciocho personas, todos tenían pareja, menos yo, quizás seré el más feo, da lo mismo.


Estaremos una semana en cada pueblo aproximadamente.

Un día paramos en una aldea, pues el autobús había tenido una avería, por lo que deberíamos parar dos semanas por lo menos. Allá en el poblacho paramos en una pensión muy humilde, pero acogedora.

Las personas de allí, eran súper, además se desvivían por servirnos de todo. Una tarde, después de tomar el almuerzo, salí fuera... y observé enfrente de la pensión a una chica desastrosa, y muy sucia. 


Ella vestía con ropa muy vieja y sucia en la entrada de una casa, y en su rostro se observaba que era muy infeliz.
Como llovía a mares y me dio mucha pena. 

Me acerqué a ella y le pregunté; ¿Qué te pasa.?

Ella, sin mirarme siquiera, respondió:
¡¡Es que me ha echado a la calle mi mamá y mi padrastro, dicen que soy fea y muy floja, que nunca hago nada bien.!!

¿Y no tienes zapatos.?
¡¡No, no tenemos dinero y además mi padrastro me pega mucho y mi mamá también, dice que yo lo enfado y es que él es un borracho malo y tonto.!!

¿Y como tienes tantas heridas en los pies?
¡¡Es que yo duermo en unos trapos en el suelo y hay ratas, me dan bocados y mi mamá no me escucha!
 ¡Un día, me voy a ir, ella quiere que me muera, muchos días ni me da de comer.!!
¿Ya te veo, estás muy canija, quieres comer algo? ¡¡Claro.!!
¡Espera pégate a la puerta y cuando te haga una señal entras¡¿vale?

Espere a que el conserje estuviera de espalda y le hice señas con el dedo, la subí a mi habitación y la escondí, le dije:
¡Tienes que lavarte bien y tomar un baño!

Ella, no quería, pero yo insistí, además la iba a curar.
 ella aceptó, pues estaba muerta de hambre y de frío. Puse una bañera con agua caliente y se metió, solo tenía el vestido y nada más.

¿Quieres que te ayude.?
¡¡Sí!!

Esta niña no conocía la vergüenza siquiera, era muy inocente, la he enjabonado bien, se queja un montón, pues está demasiado dañada en su piel.

Luego de bañarse le he puesto una bata y la he peinado. Tiene un pelo precioso y una carita linda, linda.
Me ha dado mucha pena, le he dado de comer y se ha puesto morada, ella no para de mirarme.
¿Y qué, cómo te encuentras?
¡¡Estoy muy bien.!!

Con la bata y saltando en la cama, revolcándose en ella, estaba como loca, parecía una niña chica, no se tendrá como diecisiete o dieciocho más o menos,
Yo le decía:
¡No des gritos!

La ventana de mi cuarto daba frente a su casa, más parecía que poco o nada les importaba la chiquilla. 

Le he dicho:
¡Espérame aquí no salgas para nada! ¿Vale?
¡¡Si vale.!!

He ido a la habitación de mi compañera Concha, que es la que más confianza tengo, y le he pedido:
¿Conchita tiene algo de ropa para una chica y unas braguitas?
Me ha dado de todo, y se ha echado a reír a carcajadas.
¡Gracias eres un sol! Le dí un fuerte abrazo en agradecimiento y feliz regresé a mi habitación.


He vuelto y la chica se ha quedado dormida en mi cama, echa un rosquito con los pies encogida, claro se ha dejado el Totò que se le ve todo. La verdad es que tiene un Totò precioso (ya saben lo de abajo).

Bueno, ahora que está durmiendo le estoy curando con yodo, por todas las heridas ... ella ni se ha dado cuenta, se ve que ha sido maltratada continuamente. Le he puesto las braguitas y la he tapado. 

Es preciosa, durmiendo, además de tener un tipo muy bonito.

No la dejaré que vuelva a pasar por esos malos tratos. Mi compañera me ha contado que ya esta mañana, la han tirado de una patada sobre todo el barro. Se quedará conmigo seguro. Ya ha llegado la noche y en su casa les da igual que aún esté en la calle.

No la quieren... mientras pensaba en qué haría con ella, la chica se ha despertado.

Me ha dicho que tiene hambre.

Yo ya estaba preparado, le tenía de todo asta fruta, así que inmediatamente se ha puesto a comer.

¡¡Ohh!!
¡Despacio, niña, tranquila, come despacio o te sentará mal!

Parecía una leona comiendo, con su ropa interior puesta y para ella es como si estuviera en cueros, le ha dado igual. Bueno, está bien, ha comido muy bien... pronto parecerá otra persona.

La verdad es que así ya es otra, la chica me mira mucho y me abraza, es muy buena y cariñosa. Tiene un pelo largo moreno y es muy viva y lista.

Hemos estado las dos semanas jugando en el cuarto; lo hemos pasado bomba; es traviesa, se esconde de bajo la cama para asustarme.

Le he dicho que me llame Toni... y ya para estos momentos soy su Toni, me quiere un montón y yo a ella también, y la sacaré de ese país, pase lo que pase, o me quedo yo.

No me separaré de ella, hoy nos vamos ya. Así que la he sacado conmigo de la mano y nos hemos subido a el autobús. Lo malo es que ella no tiene papeles, pero me da lo mismo. 

Solo mis compañeros se han dado cuenta y se han quedado boquiabiertos, de lo preciosa que es ella.


Todos me han apoyado, así que se viene con nosotros, mis compañeras me han dejado perplejo cómo la están tratando, con tanto cariño que hasta me han hecho llorar de alegría.

Todas la han abrazado como si de una hermana se tratara. Es maravilloso este trato que les han dado y ella está feliz como nunca. 

Se siente encantada de venirse con nosotros en el viaje... ya la tengo otra vez saltando como loca, pues no se está quieta ni sin querer, las demás me dicen que ya voy arreglado con ella.
Esta supercontenta va y viene del autobús y no para de darme besos, ya hemos cruzado la frontera y ni nos han molestado para nada; la verdad es que esta zona está tranquila de problemas.

Ahora nos disponemos a embarcar en un avión, es un vuelo Chéster de estos aviones pequeños; solo les han dado a los agentes todos los documentos nuestros, y a nosotros ni nos han mirado siquiera nos hemos subido al avión.

Hemos despegado, todavía no sé como se llama; la tengo agarrada, pues se quiere ir por ahí a caminar, y yo le digo:
¡No, no! Y ella inmediatamente hace caso a mi pedido.

Le he preguntado bajito:
¿Cómo te llamas?
¡Rosa María! 

Se me ha echado sobre mí y se ha quedado dormida, son muchas emociones juntas; el vuelo ha trascurrido muy bien, entramos después de unas horas ya en España.

El aterrizaje se hará directamente en Córdoba, solo faltan dos horas más o menos. La llevaré a mi casa y vivirá conmigo, por ahora no la tocaré, la trataré como si fuera mi hermana.

Rosa María tiene mucho que aprender, la tendré en casa y solo saldrá conmigo, o con alguna amiga mía, pues no quiero que le pase nada. Le pondré un profesor para que aprenda lo que tenga que aprender.

Ya por fin estamos en casa, ella está la más de contenta de tener, de todo... y le he dicho:
¡Me voy a bañar!
¡Está bien, vale!

Me he metido en la bañera y momentos después, aparece desnuda y se ha metido en la bañera también.
¿Pero dónde vas?
¡A bañarme!

Joeee bueno me ha mirado mis cosas, y me ha contado que su padrastro ponía a su mamá, a cuatro patas, como un perrito, y después le metía eso por detrás; y que su mamá se reía mucho y la tenía en un rincón, y que le decía que un día le iba a dar a ella también si se escondía.

Era una bañera grande y ancha, así que se puso a mi lado y nos echamos agua por encima, luego me echó la cabeza sobre mí y yo la enjabonada suavemente por todas sus partes, pues se me está haciendo imposible contenerme.

Ella se giraba con la suavidad que yo la estaba tratando, más la tentación era muy grande, sus pechos, aunque no eran demasiado grandes, eran preciosos.

No quería precipitarme con ella, quería darle tiempo para que supiera la realidad del deseo y del amor, yo la quiero mucho, así que le he bajado la mano, esta vez, sin esponja por medio de las piernas despacito, ella sigue con la carita en mi pecho.

Tiene cara de felicidad... sigo frotando en sus partes, se está excitando, pero no se atreve a moverse, para que no se le vaya la excitación, no sé.

 Yo sigo y sigo, se le escucha gemir una y otra vez, al punto que se está corriendo mientras me aprieta fuertemente.

Se me ha quedado toda relajada a lo largo de la bañera, y yo he seguido enjabonándole por los muslos y por su culito; ya el agua se está poniendo fría. 

Nos hemos salido y ella por toda la casa desnuda, dice que así está mejor; bueno, a mí no me importa, mientras no se asome a las ventanas. Y así fresca y satisfecha se ha tendido en la cama.
Le he advertido para que nunca lo haga porque es peligroso. Ya es de noche y hemos cenado y estamos viendo la televisión; un rato ella se ha sentado sobre mí y me ha preguntado:¿Me quieres?
Le he dicho... ¡Con toda el alma!

Ella me ha dado un abrazo muy apretado con todo su cuerpo, luego nos hemos ido a la cama... ella quiere dormir conmigo, por lo que ella desnuda y abrazada a mí se ha acercado y así nos quedamos toda la noche.

Sobre las cinco de la madrugada la sentí gemir...

¡He! ¿Qué te pasa?
Es que soy tan feliz, que apenas lo puedo creer, pues ayer vivía como un perro, y tú me tratas como a una reina, ¡te quiero mucho!
¡Anda tonta, ven aquí no pasa nada!

Al día siguiente yo quería enseñarle lo que se podía hacer y lo que no, sobre todo en la calle... bueno, así hemos pasado el día. Por la tarde ella me ha pedido que vuelva a hacer los de la bañera, pues le ha gustado mucho.
Le he dicho que está bien, pero que esto no se cuenta a nadie, será secreto entre ambos, ella será mi chica y yo se lo haré. Luego nos hemos ido a la cama, ya tiene que aprender todo; aunque la verdad es que ya lo ha visto todo en su casa.

Con mucha delicadeza he ido besando sus pechos, son deliciosos; lentamente he ido bajando la cabeza dándole bocaditos por todo su cuerpo.

Ella, con los ojos cerrados y con sus manos suaves, parecía guiar mi cabeza por donde más placer le iba dando, seguía para abajo, abriéndose de piernas completamente llegue hasta su tesoro más preciado...

Y como no deseo ser más pervertido, todo lo demás lo dejaré a vuestra imaginación... solo diré que hemos hecho el amor apasionadamente y ha sido maravilloso.

He tomado precauciones por si acaso, pues somos demasiado jóvenes para quedar en estado; ambos nos quedamos fritos y sin fuerza alguna... ya al rato me dice:

Toni eso es placer y sexo ¿verdad?
Si mi amor eso es, siempre que uno u otro no sea forzado, ¿lo entiendes?
¡Sí! Te quiero tanto, que si me dejaras sola me moriría.
¡Venga mi niña! Que nunca te dejaré, ¿vale? ¡Ven dame un beso!
¡Noooo! ¡Te daré diez besos! Ooo. Un ¡te quiero!

Así nos quedamos toda la noche, pasaron y pasaron los días y un día decidimos casarnos.

En mi empresa se alegraron mucho, yo era el hombre más feliz del mundo, y mi niña parecía una reina. Lucía hermosa, toda de blanco y con un velo largo... pues tenía el cuerpo más bonito que mujer alguna pudiera desear.


Su rostro reflejaba todo el amor que por mí sentía, así como la felicidad nunca antes soñada, que hasta los mismos Ángeles la envidiaban. Era tanta la hermosura que pareciera salirse de su vestido, y yo a su lado, entrando en la iglesia, parecía su príncipe encantado.
Después de la boda dimos nuestra gran fiesta, para festejar con familiares y amigos... la dicha de habernos conocido y por nuestro compromiso de amarnos por siempre.

Hicimos grandes locuras en la cama día tras día... nunca nos cansamos, lo nuestro era amor y pasión. 

 Han pasado muchos años, y hoy ya mayores... muy mayores; tenemos tres hijos que ya son adultos.

Rosa María les cuenta cómo su vida se convirtió en un paraíso de felicidad, pero nunca contó sus deseos sexuales... 
Aún hoy, que ya somos mayores, sigue diciéndome:
¡Toni! Hazme lo de la bañera... ¿sí?

Y yo, ni lerdo ni perezoso, estoy pronto a satisfacer sus deseos, pues es lo que siempre le ha gustado... y para mí un hermoso recordatorio de esa expresión que vi en su hermoso rostro... la que jamás se me olvidará.

Hoy, mis recuerdos de felicidad, me hacen llorar de alegría; pues ella hoy en día, ¡lo más grande e importante de este mundo!

- Fin -


Enrique Nieto Rubio
Derechos Reservados 

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