viernes, 21 de junio de 2024

..Hotel Parte 4 de Enricostro.

 


El señor se presentó el jueves, tal cual habían convenido... se reunieron con los dueños del hotel, y sin mayores inconvenientes; después de unos cuantos regateos, y revisar que la documentación estuviese en regla; se dirigieron a la oficina del notario y se realizó la compraventa del inmueble.


Estando ya solos, don Antonio habló seriamente con José, diciendo:
-José, esta inversión ha sido grande, y no es un juego de chicos, por lo que te asignaré un contable de mi confianza, para que te apoye en las finanzas. Pero el único responsable de la administración y toma decisiones serás tú. Si quieres que todo marche bien, recuerda que las personas que tú contrates, debe de ser personal altamente calificado, y sobre todo deben ser honestos y muy trabajadores.

Tú ocuparás el puesto de gerente general; y solo sobre ti, recaerá la responsabilidad de que este proyecto sea un éxito. 
Don José le extendió la mano, estrechando la de José, diciendo:
Con este apretón de manos, sellamos nuestro trato; y a partir del día de hoy... ¡Serás como un hijo para mí!

Luego le dijo que pronto regresaría a visitarlo, y que no solamente sería para conversar de negocios; sino que sería también placentero; pues Anita, la chica quien le había dado un beso; le había confesado estar enamorada de él... y que vendría al pueblo para quedarse a vivir, exclamando:
*¡Amigo mío, prepárate... pues te quieren echar la soga al cuello! ¡Jajajá!

Luego se despidieron con un fuerte abrazo, don Antonio abordó su auto, asegurando que estaría de vuelta, mucho antes de lo que él podría imaginar.

Inmediatamente después, José se dirigió al hotel; tomó las llaves y puerta por puerta, fue ingresando a todos los salones; fue hasta entonces que se percató de lo inmenso que el edificio era. Fue investigando, he indagado cada rincón, y encontró artículos y objetos muy interesantes de los antiguos propietarios.

Encontró una habitación llena de monitores, que se usaban de forma inapropiada, pues servían para espiar a los clientes; esto le dio escalofríos... pues era un delito muy grave. También encontró cajones, llenas de cartas realizadas para chantajear a clientes, que frecuentaban el lugar con amantes, o bien para conversar de negocios fuera de la ley.

Después se asustó aún más, cuando encontró cintas grabadas con el nombre de algunos huéspedes, etiquetadas como XXX... por lo cual, rápidamente las colocó en una caja; las llevó a la caja fuerte, hasta ver qué hacer con todo.

Al día siguiente volvió al hotel, y se dirigió al ascensor; y observó que al margen izquierdo, había una puerta cerrada en estado deplorable; la cual tenía pegada propaganda de anuncios. 

Buscó entre el manojo de llaves que le habían sido entregadas, y la de esa puerta no estaba... esto aumentó más su curiosidad.

Intrigado por ello, decidió buscar la llave en todos los cajones de los despachos, y después de mucho batallar, por fin encontró una muy vieja y oxidada. La cogió y se dirigió hacia la misteriosa puerta; y esta encajo perfectamente, abriendo el lugar en el acto.

Todo estaba muy oscuro, así que buscó el encendido de la luz, encontrándose el interruptor a la derecha de la entrada.

Cuando las luces se encendieron, José quedó fascinado con el lugar... estaba alucinando, pues era un teatro espectacular. 

Era inmenso y majestuoso, con tres plantas, palcos para primera clase, el escenario era de ensueño, el cual contaba con unas hermosas cortinas color púrpura. Husmeando por aquí y por allá, encontró un botón, el cual al pulsarlo subía una plataforma, que servía para qué la orquesta, subiera desde el primer nivel al escenario, de forma sensacional.

También encontró un sistema único, <para aquellos tiempos> el cual servía para manejar las luces en diferentes direcciones, cambiar de color, así como para controlar la intensidad. Los camerinos para los artistas eran de lujo... en fin, el chico estaba más que impresionado de la belleza y modernidad del lugar.

Se encontraba tan emocionado, que no pudo contenerse y llamó inmediatamente a su jefe... Don Antonio, pidiéndole que le visitara a la brevedad posible; pues quería comentarle sucesos importantes. Aprovechó para solicitarle a su jefe, que lo visitara acompañado de su esposa, y de Anita... pues se sentiría honrado de invitarles a cenar; y luego de ser posible presentarles a sus padres también.

Don Antonio, que para ese tiempo ya le profesaba especial cariño al chico, aceptó gustoso la invitación, y acordaron que llegaría el sábado por la tarde.

Don Antonio, cumplió lo prometido, pues en punto de las tres de la tarde arribó al pueblo. ¡José se adelantó a recibirlos, mientras los padres del chico cuchicheaban dentro de su coche... expresando orgullosos!
-Este muchacho, ya no necesita de nosotros...es todo un hombre!

Cuando Don Antonio salió de la limusina, iba acompañado de su esposa y Anita; así que los padres de José se bajaron de su auto también; y luego de las respectivas presentaciones se otorgaron un fraternal beso y abrazó... todo fluyó casi de forma natural.

José no perdió el tiempo, se acercó a Anita para halagar su belleza:
-¡Tal cual te recordaba.! ¡Eres preciosa mujer!
*Y tú José...no te quedas atrás. ¡Estás como para comerte, hasta los huesos! ¡Jajajá! 
-José solamente alcanzó a decir tímidamente... ¡Gracias!
*Es broma hombre...no te asustes! Jajajá Solo quise decir que tú también, te ves muy bien.

José los llevó a un restaurante de lujo, el lugar era agradable, pues estaba iluminado a la luz de velas; había música de fondo, la comida era exquisita; así pues, todo era propicio, una velada estupenda.

Terminada la cena, mientras los demás aún charlaban degustando de una buena copa de vino; José le dijo a Don Antonio que deseaba conversar con él, en privado por unos minutos.

Don Antonio aceptó, disculpándose con los presentes, diciendo que pronto volverían, y se dirigieron a la barra del lugar.
Acomodados los dos, José exclamó sumamente emocionado:
* ¡Don Antonio no me creerá, lo que he descubierto en el hotel!
-¡Habla ya hijo!... Que me estás poniendo ansioso.
*He encontrado un teatro grandísimo, es precioso, todo forrado de terciopelo, con palco, luces especiales, etc., etc., es fantástico. He pensadó que sería todo un éxito, realizar pasarelas con sus modelos, y así exponer los bellos vestuarios que usted diseña. 

Estoy seguro de que las mujeres de alta sociedad locales, así como de otros estados, asistirán a dichos eventos... pues el lugar es de primera categoría.

José estaba exaltadísimo, y no paraba de insistir...

*Don Antonio, todo esto sería grandioso para su empresa, y al mismo tiempo el hotel se llenaría a reventar.

-No vayas tan rápido hijo, que bien sabes que debo de cuidar mucho de la imagen de mi negocio. Espera que yo visite el lugar, y te diré si existe la posibilidad de hacer lo que propones.
*Don Antonio, seguro estoy que usted estará de acuerdo, y se emocionará tanto como yo, después de que conozca el lugar.
-José, si todo lo que comentas es cierto, dime: ¿Por qué, nunca antes, se explotó tan esplendoroso potencial?
*Señor, yo me cuestioné lo mismo, así que investigué al respecto. Me dirigí a la oficina principal del hotel, y por fortuna buscando en el escritorio del dueño anterior, accidentalmente encontré un mecanismo que abría un cajón que contenía un doble fondo.

Encontré algunas fotografías, documentos... y también algunos recortes con reportajes de periódicos, de muchos años atrás. Al leerlos me enteré de que el teatro fue cerrado, debido a un terrible accidente, en el cual murió un niño.

-Dime José... ¿Qué fue eso tan terrible que sucedió?

*Lo que relatan, es que la tragedia sucedió, a causa del mal estado de uno de los escalones. Ese día, estando en medio de una función; un niño de diez años y su padre, fueron invitados a subir al escenario... por algún motivo, el niño tropezó con la saliente de la alfombra, que cubría el último escalón... cayendo de cabeza; el golpe le produjo una fractura de importancia en el cráneo... muriendo a las pocas horas de hospitalización.

La familia del pequeño era muy apreciada en la ciudad, y aunado a esto eran acaudalados; así pues, el dolor y frustración, la volcaron contra los dueños del hotel; jurando que, nunca más nadie, volvería a ingresar al teatro.

Los dueños del teatro, después de pagar los servicios de algunos abogados aprovechados e ineptos, quedaron en la bancarrota. El dueño cayó en depresión, y a los pocos meses después murió de un infarto... y la esposa no deseó saber más del hotel.

Como nunca concibieron hijos, el inmueble pasó a manos de los sobrinos... cedido por la dueña y ellos jamás se ocuparon de él; simplemente contrataron a un hombre inexperto, e inútil. quien no reportaba las ganancias generadas por los huéspedes... y me imagino que así fue como llegó el hotel, a estar en las condiciones que hoy se encuentra.

-Bueno hijo, ¡qué historia más chunga! Mejor seguimos conversando mañana... y ahora volvemos a la mesa.
Así lo hicieron... y para alegría y tranquilidad de José, todos seguían compartiendo en perfecta armonía.

Continuará...

Enrique Nieto Rubio 

*Derechos Reservados*

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