Que indefenso, puede uno llegar a ser,
en esto del amor verdadero,
que le ponemos mucho interés,
y rodamos por los suelos.
Qué indefenso es el sentir,
cuando el corazón es el que habla,
esperando esa sonrisa,
que te provoca el alma.
Que te puedo decir,
cuando me dijo te amo,
mi corazón se hizo grande,
y a la vez asustado.
Que si mucho amor me diera,
mucho más daría yo,
esperando ese suspiro,
robado de la pasión.
Y en ese poder caminar,
con ese amor tan bonito,
que susurrando con él vas,
siendo el hombre más rico,
En amor y felicidad,
y sueños entre suspiros.
Enrique Nieto Rubio.
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