Cuando el amor nace,
de un punto inmaculado,
renace la poesía,
y la magia del amor.
Dos seres unidos,
por la pasión del querer,
El ángel la acaricia,
sin apenas rozar su piel,
pues ella es, como una,
ligera brisa inmaculada.
Ella no dice nada,
solo se deja querer,
pues está más cerca del cielo,
que el amor y el placer.
Solo esas leves caricias,
para sentir la pasión,
de un amor tan grande,
que le colma la razón.
No hay amor tan puro y bello,
como este del querer,
Dios los mira de cerca,
más no lo puede entender.
que un amor tan hermoso,
reluzca de Ángel y mujer.
Enrique Nieto Rubio
derechos de autor.
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