lunes, 17 de junio de 2013

.La madre de mis hijos...de Enricostro.





Hoy he estado,
 con la madre de mis hijos;
Ella es la diosa del amor y del deseo. 

Toda la tarde juntos... 
hemos hecho el amor. 
Todo este tiempo a su lado, 
ha sido maravilloso.

Es una chica fantástica,
 hermosa y esbelta;  
con una cintura de avispa,
 y una carita preciosa, 
dulce como la miel.

 Quizás vivamos juntos,

Ella es amable y cariñosa;
 atenta como la flor, 
que mira siempre el agua,
 como teniendo sed.
 
Como las nubes que flotan, en el aire,
 sintiéndose caer.
 
Hoy hemos ido a bailar,
 toda la noche hemos danzado; 
llena de dulzura es,
 poseedora de rostro,
 amable y sincero. 

Ha sido una eternidad,
 vivir tanto tiempo en soledad. 

Hoy me siento libre,
 como pájaro que vuela por doquier. 
Ella me mira con dulzura,
 más yo me siento avergonzado. 

¡Tanto tiempo perdido!
 ¿Cómo es posible que pude resistir? 
sin sus caricias,
 sin sus dulces y amorosos susurros?
 
Hoy ella me brinda su aliento,
 y me hace rejuvenecer. 

Me siento joven y vivo...
como nunca antes me sentí. 

Tanto amor que me he perdido,
 por culpa de un error... 
de un error cometido con otra mujer...
¡Estúpido de mí! 
Pues más de diez años en coma. Han pasado,
 en la oscuridad de mi ser. 

Porque un día en busca de otra salí.
 A otra mujer yo conocí, 
y en la peligrosa curva de la muerte, 
sin querer yo me vi. 

Hoy por fin he despertado,
 después de tanta oscuridad; 
y con la muerte he hablado,
 el que decide cuánto esperar. 

Más Dios me ha reprendido,
 por ser insolente y mezquino. 
Más la penitencia me ha levantado,
 y me ha dado su perdón... Me ha dicho:
 Deseo que disfrutes este tiempo que te doy, 
pero esto será con una condición;
 la cual después te diré. 

Continúo con mi vida,
 mientras el tiempo sigue su camino;
viviendo intensamente,
 como si fuera un pequeño chiquillo.
 
Más yo siento la muerte,
 como si la tuviera en el bolsillo.
 
Es mi chica, de todas la mejor, 
vivimos en armonía... 
con los chicos de la mano,
 de la mano y del alma mía. 

Hemos repetido nuestro amor,
 el deseo del placer. 
Ella me entrega su vida,
 todo a cambio de mi querer. 

No puedo vivir sin su amor,
 sin ella me siento perdido. 

Siempre la quiero conmigo,
 no me separo de su lado, 
Pues quiero sentir su olor y su calor;
 para sentirme vivo.
 
Cuando camina por mi lado,
 yo me agarro a sus pies.
 
Ella me pasa su mano...
 su mano por mi cabello, 
y de forma coqueta me pregunta:
 ¿Qué te pasa corazón?
 respondo: ¡Que eres todo para mí!
 ¡y te quiero mucho! 
Y ella su vez dice:
¿Sí? Yo también ¡Pero déjame trabajar! 


A su lado han pasado nueve años más...
y de nueva cuenta.
El Todopoderoso se ha presentado, 
para darme la condición:
Tú sabes que en siete días,
 el mundo para ustedes construí, 
y a partir de este momento...
los mismos yo te brindaré;
para que puedas vivirlos,
 al lado de tu amor, como quieras, 
y después de cumplido este lapso,
 a mi lado tú vendrás. 

Enfermo y pálido me siento; 
y a mi amor le he contado, 
que me tengo que marchar,
 para luego nunca más volver. 

Ella desconsolado,
 me mira llorando,
 y pregunta ¿Por qué? 
¿Por qué si yo te quiero tanto?

 ¿Él me quiere robar tu querer? 
- Bueno... Él es el único que decide,
 cuanto tiempo yo estaré; 
y me dice que este es mi castigo...
por culpa de otro querer. 

Y yo no tengo reproches,
 porque Él me ha dado tu corazón; 
más ahora me lo pide...
y no comprendo por qué razón.
 
Pero en mi corazón te llevaré,
 y eso solo es para mí... 

Para mí. se ha agotado el tiempo...
el tiempo de mi vivir,
Yo te quiero más que a mi vida,
 y que el aire que respiro, 
más que el fuego del alma mía,
 porque tuyo es mi corazón, 
No me llores mi dulce amada,
 que yo contigo siempre estaré; 
pues haré un juramento, 
y este es que no, te dejaré de querer. 
Incluso después de mi muerte, 
prometo que contigo yo estaré. 


- Fin - 


Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*

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