Amada mía, que tu pasión me disloca,
y ya no sé quién soy;
que en la senda de la vida,
yo, sin ti, me pierdo y me vuelvo loco.
No te despegues de mí,
y envuélveme con tu infinito amor;
y lléname de besos intensos...
como siempre llenos de gran pasión.
Que sin ti malo soy,
y teniéndote en mis brazos,
un corderito fiel seré.
Amada mía, siénteme en ti,
hazme el amor, mi señora,
y hazme estremecer;
que solo con tus besos,
la pena se irá de mí...
¡Sálvame cariño mío!
Qué demonio soy,
y como ángel perdido,
en tus brazos un hombre seré.
Hazme sentir mi vida;
que sin ti malo seré...
¡Ayúdame a que me crezcan alas!
Para un nuevo renacer,
y vivir contigo eternamente...
un hermoso atardecer.
Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
colabora en imagen.
Silvia Regina Cossio Cámara.
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