Lilup era una perrita caniche blanca como la nieve, preciosa y muy inteligente.
Un día de Navidad, sus amos, un matrimonio joven con una linda niñita, decidieron irse de vacaciones a granada, un sitio precioso lleno de nieve en estos tiempos.
Todo iba estupendamente, en su viaje, pero casi al llegar a granada una gran tormenta apareció de pronto y el coche resbaló y cayendo una montaña grandísima por el desfiladero y chocó contra un gran árbol. Y la perrita Lilup, salió despedida por una de las ventanas, aquellas.
Con suerte para todos no les paso nada a ellos, Yon el marido llamo a urgencias y por el rastreador de su móvil consiguieron encontrarlos a las pocas horas, fueron rescatados y llevados al hospital.
Como solo tenían algunas magulladuras les dieron el alta y se fueron a un hotel de sierra nevada.
Al llegar allí se dieron cuenta de que su perrita no estaba con ellos.
Cogieron un taxi, y regresaron al sitio del siniestro, donde buscaron por todos lados y no la encontraron.
Como hacía tanto frío para la niña, decidieron regresar al hotel.
Al poco tiempo la perrita despertó del golpe y cojeando echó a caminar, más no savia donde estaba.
Fue por la nieve que casi no se distingue de ella y tenía mucha hambre.
Buscaba, y allí no había nada, y ya empezaba a faltarles las fuerzas, y se acurrucó entre un árbol, y sus raíces.
Ya anocheció y solo se iluminó el cielo, con millones de lucecitas que parecía todo un cielo navideño, y mirando las estrellas, se quedó dormida.
Ya a la mañana siguiente, un zorrillo que daba unos saltos de un metro, por lo menos, con la luz de la mañana, buscaba esos ratoncitos traviesos que andaban buscando comida, y de pronto, al saltar sin querer, cayó encima de la perrita como no se veía entre la nieve que casi la cubría, dio un salto tremendo la
Perrita diciendo; hay que es, esto. El zorrillo dijo perdona, no te vi siquiera, que haces por aquí: Na que me he perdido, ¿y no sé donde está mi familia:
y tú yo vivo aquí y busco ratoncitos para comer:?
Perrita diciendo; hay que es, esto. El zorrillo dijo perdona, no te vi siquiera, que haces por aquí: Na que me he perdido, ¿y no sé donde está mi familia:
y tú yo vivo aquí y busco ratoncitos para comer:?
¡aaa ratones que asco!
¡A sí, pues aquí no encontrarás nada para comer! El zorrillo siguió saltando, hasta que por fin dio con un precioso ratón muy gordito y delicioso.
Este se comió la mitad, y dejó la otra mitad en la nieve, la perrita lo olfateo y como tenía tanta hambre y todavía, estaba calentito, decidió comerlo. Diciendo:
¿A, pues no está tan mal, sí qué bueno está, buscaremos más sí?
¿Si claro dijo el zorrillo?
así que los dos empezaron a dar saltos buscando esos ratoncitos deliciosos
y encontraron muchos hasta hartarse. Y ya decidieron jugar los dos con la nieve.
Jugaron todo el día y cuando anocheció la perrita empezó a echar de menos a su familia, así como no tenía sueño se dedicó a olfatear el rastro de su familia, así busco toda la noche y ya de madrugada llegó a un hotel y empezó a ladrar su familia se despertó y se asomaron por la ventana y al verlo
salieron corriendo a por la perrita.
Así la perrita con la mano alzada le dijo adiós al zorrillo que estaba escondido en la maleza cerca del hotel. Y se dijeron adiós.
Ya por fin, toda la familia junta, lo pasaron maravillosamente fin.
Enrique Nieto Rubio.
Derechos de autor.
Enrique Nieto Rubio.
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