domingo, 30 de junio de 2013

..Laura la niña llorona de Enricostro (cuentos)

Laura nació un 27 de enero, en un humilde hospital de una villa. Era una preciosa niñita de ojos verdes, hermosos y muy abiertos.
Cuando la mamá la tomó en su pecho, Laura empezó a llorar y llorar.
La madre asustada llamó al doctor.
El hospital se revolucionó, pues aquella noche fue la única niña nacida en todo el mundo.
Esa noche, el hospital entero estaba completamente en silencio, los pasillos estaban desolados y solo se escuchaba a esta niña llorar muy fuerte.
El médico de guardia, corrió por los pasillos para saber qué le sucedía... tomándola en brazos, la desnudó completamente y cuando él la examinaba... La niña agarró el dedo del doctor y sin soltarlo no paraba de reírse. Jajajaja! !Jajajaja!
Y llorando también con sus ojos tan preciosos, el doctor asombrado, echó su cabeza hacia atrás diciendo: ¡Va! Si esta niña está perfecta y encima, se ríe ¡Ajajaja!
¡Qué encanto de niña parece querer hablar!
Le dijo a su mamá: ¡La niña está perfecta, no tiene nada! ¡Solo la alegría de haber venido a este mundo!


Así Laura volvió al pechito de su madre, con sus ojillos mirando el rostro de quien le dio la vida; chupando esa tetilla y con sus deditos agarrando el pechito de su madre. Esa noche no volvió a escucharse un llanto más.
La mamá extasiada de ese parto, se tiró un buen rato mirando por la ventana, y descubrió una alucinante estrella, que no se había visto nunca.

El cielo estaba encapotado de preciosas estrellas mucho más pequeñas, pero que no desmerecen, ese hermoso cielo.
Laura fue la única niña de este mundo que fue influida por esa estrella; solo se veía cada 500.000 años y provenía de una galaxia llamada Enriu.
Por lo poco que se sabe, esa estrella era toda de oro... la mayor estrella conocida. Su luz embrujada eclipsó a Laura, dotándola del don de llorar, llorar y llorar.
A la mañana siguiente, la bebé arranco de nuevo a llorar y así continuó durante el transcurso de toda la mañana. El doctor volvió a revisarla y dijo:
- ¡No tiene nada! Llora por gusto y se encogía, de hombros.
El doctor, una planta más abajo, tenía ingresada a su hija, quien padecía de una enfermedad muy rara... quién se encontraba en fase terminal.
El pobre doctor se agarraba a cualquier cosa, por no pensar que siendo doctor no pudiera curar a su hija.
Cuando el doctor bajaba en el ascensor, encontró en su bata unos corazoncitos de nácar preciosos... él dijo:
¡Qué raro! ¿De dónde han salido estos corazones?
Los cogió con sus dedos, y eran supersuaves. Pensó que sería de algún collar de algún enfermo.
Lo acarició con los dedos y sacando su monedero, allí los guardó. Al salir del ascensor, una niña loca tropezó con él; y él, volviéndose, le dijo: ¡Pero chiquilla!
¿No sabes que en un hospital no se corre?
La niña sin para de correr le dijo: ¡Sí, papá, no me cuentes cuentos!
El doctor se quedó atónito....... y mirando a esta niña loca que era su hija. Dijo:... Pe, pero niñaaaa ven ¿Qué está pasando?

La niña se había curado perfectamente, estaba más sana que nunca; y jamás volvería a enfermar.
Laura seguía llorando sin parar... ¿Como callarla?
Una auxiliar la tomó en brazos sacándola al pasillo... pues está auxiliar no podía tener hijos, por un grave accidente que tuvo. <Un conductor borracho la atropelló en la parada de autobús, y se quedó estéril>
Laura, mirando los focos, se echaba a reír muchísimo y llorando a la vez, como si captará el dolor de las personas. La auxiliar con su uña recogió una lágrima de sus ojos, la cual se transformó inmediatamente en un corazón de nácar... Ella quedó sorprendida.
Laura no volvió a llorar más con ella.
Al día siguiente, les dieron el alta. La mamá de Laura estaba tan perfecta que parecía que no había dado a luz siquiera.
A los pocos días aquella auxiliar estaba encinta, nadie se lo explicaba.


Laura ya en su casa... todos los amigos de la familia que iban a verla si alguno tenía algún problema, Laura lloraba y lloraba hasta que conseguía dejar una lágrima en su rostro, y entonces callaban.

Así fue creciendo, y a todo el mundo que por su lado pasaba... sus lágrimas iba dejando, y a todos los hacía de lo más felices.


Hoy, con dieciocho años, si alguien se le acerca ya en el instituto o en cualquier sitio con algún problema, se abraza a quien sea....... y le posa su lágrima de nácar sanando de los males que tenga.
- Fin.

Dedicado a mi querida amiga Laura López

Enrique Nieto Rubio.
*Derechos Reservados*
colaboradora en imagen.
 Silvia Regina Cossio Cámara.


lunes, 24 de junio de 2013

..A ti mujer de Enricostro.

 



Siénteme cerca de ti, 
siénteme con pasión;  
que quiero verte feliz, 
con mi dulce corazón. 


Siénteme en tus pechos, niña, 
como si un niño yo fuera;  
que quiero sentir tu corazón, 
con mucho cariño a tu vera. 


No me despegues nunca de tu lado, 
déjame aquí contigo;  
que quiero ser de tu cuerpo, 
como si me hubieras parido. 


Y no me dejes caer, 
que quiero seguir contigo;  

si quieres seré tus besos, 
tus sueños, o tu amigo,
 
 ese que solo quiere,
 
vivir junto a tu ombligo. 



¡Porque quiero amor!
que como un piercing,
 en tu piel me poseas;
¡para de esta forma!
 muy pegadito me lleves...
y así estar siempre contigo! 


Enrique Nieto Rubio.
*Derechos Reservados*
colaboradora en imagen.
 Silvia Regina Cossio Cámara.

viernes, 21 de junio de 2013

..Malos tratos mientras el te maltrataba de Enricostro.



Mientras él te maltrataba,
 desde mi casa te veía, 
con lágrimas en los ojos...
Desde aquella ventana fría.



Con rabia y con dolor,
 le grité que no lo hiciera. 
Las persianas, el bajo, 
para que no le viera...


Mientras socorro yo pedía, 
y la policía llegaba;
ella yacía en el suelo...
¡Muerta de una patada! 
Que este bruto le dio...


Él bajó las escaleras, 
diciendo la he matado. 
Yo me senté en el suelo, 
llorando desconsolado.



No sé qué hubiera hecho, 
si estuviera a su lado... 
Pues ese hombre maldito, 
no la hubiera matado.


Enrique Nieto Rubio 

*Derechos de Autor*
colaboradora en imagen.
Silvia Regina Cossio Cámara.


lunes, 17 de junio de 2013

..La madre de mis hijos...de Enricostro.





Hoy he estado,
 con la madre de mis hijos;
Ella es la diosa del amor y del deseo. 

Toda la tarde juntos... 
hemos hecho el amor. 
Todo este tiempo a su lado, 
ha sido maravilloso.

Es una chica fantástica,
 hermosa y esbelta;  
con una cintura de avispa,
 y una carita preciosa, 
dulce como la miel.

 Quizás vivamos juntos,

Ella es amable y cariñosa;
 atenta como la flor, 
que mira siempre el agua,
 como teniendo sed.
 
Como las nubes,
 que flotan, en el aire,
 sintiéndose caer.
 
Hoy hemos ido a bailar,
 toda la noche hemos danzado; 
llena de dulzura es,
 poseedora de rostro,
 amable y sincero. 

Ha sido una eternidad,
 vivir tanto tiempo en soledad. 

Hoy me siento libre,
 como pájaro que vuela por doquier. 
Ella me mira con dulzura,
 más yo me siento avergonzado. 

¡Tanto tiempo perdido!
 ¿Cómo es posible que pude resistir? 
¿Sin sus caricias?
 sin sus dulces y amorosos susurros?
 
Hoy ella me brinda su aliento,
 y me hace rejuvenecer. 

Me siento joven y vivo...
como nunca antes me sentí. 

Tanto amor que me he perdido,
 por culpa de un error... 
De un error cometido,
 con otra mujer...

¡Estúpido de mí! 
Pues más de diez años en coma. 
Han pasado,
 en la oscuridad de mi ser. 

Porque un día en busca de otra salí.
  Otra mujer yo conocí, 
y en la peligrosa curva de la muerte, 
sin querer yo me vi. 

Hoy por fin he despertado,
 después de tanta oscuridad; 
y con la muerte he hablado,
 el que decide cuánto esperar. 

Más Dios me ha reprendido,
 por ser insolente y mezquino. 
Más la penitencia me ha levantado,
 y me ha dado su perdón... 

Me ha dicho:
 Deseo que disfrutes este tiempo que te doy, 
pero esto será con una condición;
 la cual después te diré. 

Continúo con mi vida,
 mientras el tiempo sigue su camino;
viviendo intensamente,
 como si fuera un pequeño chiquillo,
Más yo siento la muerte,
 como si la tuviera en el bolsillo.
 
Es mi chica, de todas la mejor, 
vivimos en armonía... 
Con los chicos de la mano,
 de la mano y del alma mía. 

Hemos repetido nuestro amor,
 el deseo del placer. 
Ella me entrega su vida,
 todo a cambio de mi querer. 

No puedo vivir sin su amor,
 sin ella me siento perdido. 

Siempre la quiero conmigo,
 no me separo de su lado, 
Pues quiero sentir su olor y su calor;
 para sentirme vivo.
 
Cuando camina por mi lado,
 yo me agarro a sus pies,
ella me pasa su mano...
 Su mano por mi cabello, 
y de forma coqueta me pregunta:
 ¿Qué te pasa corazón?

 Respondo¡Que eres todo para mí!
 ¡Y te quiero mucho! 
Y ella a  su vez dice:
¿Sí? Yo también ¡Pero déjame trabajar! 


A su lado han pasado nueve años más...
y de nueva cuenta.

El Todopoderoso se ha presentado, 
para darme la condición:

Tú sabes que en siete días,
 el mundo para ustedes construí, 
y a partir de este momento...
los mismos yo te brindaré;
para que puedas vivirlos,
 al lado de tu amor, como quieras, 
y después de cumplido este lapso,
 a mi lado tú vendrás. 

Enfermo y pálido me siento; 
y a mi amor le he contado, 
que me tengo que marchar,
 para luego nunca más volver. 

Ella desconsolado,
 me mira llorando,
 y pregunta ¿Por qué? 
¿Por qué si yo te quiero tanto?
 ¿Él me quiere robar tu querer?
 
- Bueno... Él es el único que decide,
 cuanto tiempo yo estaré; 
y me dice que este es mi castigo...
por culpa de otro querer. 

Y yo no tengo reproches,
 porque Él me ha dado tu corazón; 
más ahora me lo pide...
y no comprendo por qué razón.
 
Pero en mi corazón te llevaré,
 y eso solo es para mí... 

Para mí. Se ha agotado el tiempo...
el tiempo de mi vivir,
Yo te quiero más que a mi vida,
 y que el aire que respiro, 
más que el fuego del alma mía,
 porque tuyo es mi corazón.

No me llores mi dulce amada,
 que yo contigo siempre estaré; 
pues haré un juramento, 
y este es que no, te dejaré de querer. 
Incluso después de mi muerte, 
prometo que contigo yo estaré. 


- Fin - 


Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
Colabora en imágenes,
 Silvia Regina Cossio Cámara.

viernes, 14 de junio de 2013

..Así empecé....Malos tratos


A los dieciocho años, tú me amabas.

A los veinte años, solo me querías.

A los Treinta años, tú me despreciabas.
A los cuarenta años, ya ni existía.
A los cincuenta años, me pegabas.
♥ Me pregunto:... ¿Ya no me quieres, es tontería? ♥


Enrique Nieto Rubio
*Derechos de Autor*
Colaboración en imagen. 
Silvia Regina Cossio Cámara.