domingo, 19 de abril de 2015

..Dicen...Aleluya de Enricostro.

Dicen Aleluya,
 cuando Nuestro Señor,
 Jesucristo Crucificado, murió
 y al tercer día resucitó,
 más no fue encontrado. ¡Aleluya!

Huyó con María Magdalena,
 a los valles de Francia. ¡Aleluya!

Más con Él llevaba el cáliz divino,
 de Dios Todopoderoso. ¡Aleluya!
En aquellos valles de Francia,
 mientras Jesús se curaba de sus heridas,

debajo de unos olivos le dijo Dios:
 Jesús Hijo, no pasarás más penas...
Tomarás tu bella familia,
 y seguirás predicando,
 los evangelios;
pero solo en mi casa,
 cubierto de bellos matices,
 honrarás la palabra de DIOS.



Jesús así lo hizo,
 se puso infinidades de veces,
 en contacto con sus apóstoles,
y desde entonces JESÚS está,
 en cada iglesia, en cada catedral...
En los templos, en los Monasterio,
 y en el corazón de todo sus hijos.

El vestido de santo, del obispo o de Cárdenas,
 se pasa cientos de años,
regocijándose entre los fieles,
 y lamentándose de las desgracias, 
quizás sea el Papá de hoy...
pues quién sabe si habita en él.

Porque dicen que visita los hospitales,
 a todos los enfermos y que incluso, 
visita las prisiones para consolar,
 sin resquemores a todos los presos;
otros dicen que visita los colegios,
 y que lo han visto en aldeas de África.

Pues Dios Todopoderoso,
 le dio la inmortalidad,
 para toda la eternidad. ¡Aleluya!
Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
Colabora en imágenes, 
Silvia Regina Cossio Cámara.



domingo, 12 de abril de 2015

..Renaciendo de su tumba de Enricostro.



Renaciendo de su tumba,
 sigilosa sube por las escaleras, 
buscando afanosa un sin sentir,
 que dejó en la otra tierra... 

Va pidiendo clemencia,
 rastreando con afán a su amado; 
va pérdida por esta fría tierra,
 más no lo ha encontrado. 
Vagando camina,
 llorando por los rincones,
 con sus alas abiertas, 
y con la muerte tras de sí,
 pisando de cerca sus talones.
 
Nada de este mundo recuerda,
 ni el porqué de sus temores; 
 solo sabe de llantos, penas, y desamores. 
Del porqué de su llegada,
 a este miserable mundo maldito, 
pues ella no se marchará,
 hasta dejar todo bien escrito. 

Después de su venganza...
partirá a ese viajar a su mundo, 
pero tendrá que recordar, 
porque se fue de esta tierra. 
Se tendrá que enamorar, 
de ese hombre vil y maldito, 
que mientras reía haciendo el amor,
 en su cuello dejaba escrito; 
con un lazo de seda azul,
 que dejó bien amarradito, 
más su muerte ella encontró...
besándose con su amado. 
Han pasado los años y años, 
y por fin le recordó,
 que... en su cama se han liado, 
haciendo fuertemente el amor; 
que con premura ella le hace,
 hasta un eterno placer. 

¡Con sus alas, ella le rodea!
hasta hacerlo desfallecer! 
Ya los dos juntos vuelan de la mano,
 a un mundo siniestro; 
pues ambos igual han pecado,
 por asesinos en destierros.
 
A la fosa han bajado,
 y allí eternamente yacen sus cuerpos. 
Enrique Nieto Rubio 
*Derechos Reservados*
Colabora en imágenes,
Silvia Regina Cossio Cámara.

sábado, 11 de abril de 2015

..Silencio de Enricostro.


Silencio, silencio,
 que no se apague esta noche; 
que no se sientan reproches,
 que los sueños sean eternos, 
y vivamos los te quiero,
 llenos de grandes pasiones.

Silencio, silencio,
 que no se rompa la noche,
que vivir sin reproches,
 sea como un nuevo amanecer; 
y así poder sentirnos puros...
para nunca enloquecer.


Que las caricias y besos nos colmen,
 con los deseos del placer, 
que se inunden nuestros cuerpos,
 hasta otra nueva alborada.

Que tus labios con los míos,
 sellen por siempre esta pasión, 
regocijándonos, muy juntitos,
 hasta saciar nuestro amor.
Que nuestros cuerpos se abracen,
 como grandes enredaderas, 
que aunque... queriéndose liberar,
 ya inasequible esto les sea. 

Shhhh silencio, que tu gemir y el mío,
 hagan eco en nuestro amor; 
y deleitarnos en él... perpetuamente,
 en un mundo de pasión.
Que la noche se haga eterna, 
que la vida perpetuamente nos sonría; 
para que vivamos en la senda del amor,
 la luz, la paz y la alegría. 

Que no haya cabida para los reproches, 
que no triunfe el mal sentir, 
que reluzcan las ilusiones, y el buen vivir...
Pero si eso no es posible...
¡Que renazca una vez más!
 el silencio, para volver a empezar!

Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
Colabora en imágenes,
 Silvia Regina Cossio Cámara.