Tufo se llamaba el perro favorito del rey, era un ejemplar único y especial, a quien adoptó desde que este tenía seis semanas de nacido.
Era muy conocido por todos, pues contaba con grandes habilidades en todo lo concerniente con la cacería, y llegó a acumular muchos premios a nivel internacional.
El rey estaba tan orgulloso de Tufo, que pronto buscó a una hermosa perrita para procrear; así Tufo se convirtió en el padre de una hermosa rehala de perros... quienes heredaron las habilidades de su padre.
Tufo, durante muchos años, fue el predilecto del rey, pues nadie lo igualaba, acompañándolo en sus jornadas de cacería; era un profesional y siempre conseguía lo que buscaba... Más con el pasar de los años, las habilidades el perro fue perdiendo.
Una mañana de densa niebla, el rey se fue de caza con sus vasallos y otros reyes; y como era usual, el rey contaba con la certeza que vencería a sus rivales, pues Tufo era único en el arte de rastrear y cazar.
No obstante, ese día Tufo, se sentía muy enfermo, pues los dolores de reuma eran agudos, aunado a que una sus patas traseras se encontraba lastimada, a causa de la última cacería en la que había participado.
El caso es que en esta oportunidad, sin importar cuánto esfuerzo realizó el pobre animal, terminó perdiendo a la presa. Todos los presentes comenzaron a reírse del rey y a echar bromas acerca de su contundente derrota.
El rey, quien era un hombre vanidoso y orgulloso, montó en cólera; y llamando a su vasallo, le ordenó que en ese preciso momento se deshiciera del perro. Se ejecutó la orden en el acto; y lo dejaron abandonado y amarrado a un árbol que se encontraba en el lugar.
Tufo interpretó. Que las órdenes del rey, eran que cuidarán de él, y pensó:
¡Que bien, me dejaran descansar por un ratito!
Me siento especial, pues aunque me han quitado mi collar de diamantes, el rey me ha regalado una cuerda gruesa... pero más liviana... y al pie de este árbol me han dejado amarrado y descansando mientras ellos terminan la jornada.
El desdichado perro, creía que al amparo de la sombra, lo dejarían hasta reponerse, más... ¡No fue así!
El tiempo comenzó a transcurrir, y Tufo comenzó a inquietarse... y pensó:
-La gratitud del rey y la piedad, parecen ser dos virtudes que mi amo dista de poseer, pues aparentemente de mí se olvidó.
Después de largas horas de espera, de pronto llegó la noche, y casi de frío sentí morir...
Un nuevo día ha despuntado, y con él los rayos del sol sobre mí se han posado, calentando mi cuerpo adolorido y entumecido...
No puedo dejar de observar el sendero... más no vislumbro que alguien venga por mí...
Mientras tanto el tiempo ha continuado transcurriendo; ya que es mediodía y ahora esos tan esperados rayos del sol, inclementes, queman mi piel... al punto que muriendo de sed me encuentro.
Pero no he perdido aún toda esperanza... quizás tan solo ha sido un descuido de parte de mi amo... así pues, seguiré mirando atento a todos lados, porque seguro alguien aparecerá para llevarme de vuelta a casa.
Una vez más es de noche, con mis cansados ojos no puedo ver nada; la luna es mi única compañera; a quien miró de reojo, y ella creo que me ha guiñado el ojo.
A duras penas he logrado sobrevivir, de nuevo, al intenso frío; me siento débil, deshidratado, hambriento, y con sumo dolor en todo mi ser... Más sacó fuerzas de flaqueza para sentarme, y seguir esperando confiado...
¿Qué más podría hacer?
¿Quizás aceptar que me han dejado abandonado? No... seguro estoy que mi amo, me aprecia y valora. tanto como yo a él... Si, definitivamente está, no es una opción; además, sería como aceptar la muerte, pues mi cuerpo no soportará un solo día más en las mismas circunstancias.
Por momentos todo parece ser un mal sueño, apenas hace unos días era el predilecto de mi rey, y contaba con el favor de su protección... y ahora en que de nuevo el mediodía ha llegado; siento que arde cada poro de mi piel; pues los rayos del sol me lastiman y las hormigas están comenzando a comerme en vida...
Toda la tarde he sentido que me asfixio... apenas puedo respirar, estoy literalmente muriendo a pausas; y creo que en cualquier momento moriré.
Casi no lo puedo creer... otro día ha llegado, más tumbado me encuentro, pues imposible me es tan siquiera el rostro levantar. Los pajaritos del campo, parece que no temen acercarse, pues picoteando se encuentran cerca de mí... apenas tengo fuerzas para abrir mis ojos, y ver como saltan y se mueven sin parar.
Un pajarillo me preguntó:
¿Cómo vas Tufo?
-Bueno... Por el momento, nada bien... pues el sol ha agrietado mi piel, los insectos sin piedad me devoran; estoy sediento y por momentos creo que perderé la conciencia.
Sin embargo, aún confío en mi amo... y sé que cuando note mi ausencia, pronto vendrá por mí; por lo que debo mantenerme alerta y así hacerles saber donde me encuentro.
Tufo interpretó. Que las órdenes del rey, eran que cuidarán de él, y pensó:
¡Que bien, me dejaran descansar por un ratito!
Me siento especial, pues aunque me han quitado mi collar de diamantes, el rey me ha regalado una cuerda gruesa... pero más liviana... y al pie de este árbol me han dejado amarrado y descansando mientras ellos terminan la jornada.
El desdichado perro, creía que al amparo de la sombra, lo dejarían hasta reponerse, más... ¡No fue así!
El tiempo comenzó a transcurrir, y Tufo comenzó a inquietarse... y pensó:
-La gratitud del rey y la piedad, parecen ser dos virtudes que mi amo dista de poseer, pues aparentemente de mí se olvidó.
Después de largas horas de espera, de pronto llegó la noche, y casi de frío sentí morir...
Un nuevo día ha despuntado, y con él los rayos del sol sobre mí se han posado, calentando mi cuerpo adolorido y entumecido...
No puedo dejar de observar el sendero... más no vislumbro que alguien venga por mí...
Mientras tanto el tiempo ha continuado transcurriendo; ya que es mediodía y ahora esos tan esperados rayos del sol, inclementes, queman mi piel... al punto que muriendo de sed me encuentro.
Pero no he perdido aún toda esperanza... quizás tan solo ha sido un descuido de parte de mi amo... así pues, seguiré mirando atento a todos lados, porque seguro alguien aparecerá para llevarme de vuelta a casa.
Una vez más es de noche, con mis cansados ojos no puedo ver nada; la luna es mi única compañera; a quien miró de reojo, y ella creo que me ha guiñado el ojo.
A duras penas he logrado sobrevivir, de nuevo, al intenso frío; me siento débil, deshidratado, hambriento, y con sumo dolor en todo mi ser... Más sacó fuerzas de flaqueza para sentarme, y seguir esperando confiado...
¿Qué más podría hacer?
¿Quizás aceptar que me han dejado abandonado? No... seguro estoy que mi amo, me aprecia y valora. tanto como yo a él... Si, definitivamente está, no es una opción; además, sería como aceptar la muerte, pues mi cuerpo no soportará un solo día más en las mismas circunstancias.
Por momentos todo parece ser un mal sueño, apenas hace unos días era el predilecto de mi rey, y contaba con el favor de su protección... y ahora en que de nuevo el mediodía ha llegado; siento que arde cada poro de mi piel; pues los rayos del sol me lastiman y las hormigas están comenzando a comerme en vida...
Toda la tarde he sentido que me asfixio... apenas puedo respirar, estoy literalmente muriendo a pausas; y creo que en cualquier momento moriré.
Casi no lo puedo creer... otro día ha llegado, más tumbado me encuentro, pues imposible me es tan siquiera el rostro levantar. Los pajaritos del campo, parece que no temen acercarse, pues picoteando se encuentran cerca de mí... apenas tengo fuerzas para abrir mis ojos, y ver como saltan y se mueven sin parar.
Un pajarillo me preguntó:
¿Cómo vas Tufo?
-Bueno... Por el momento, nada bien... pues el sol ha agrietado mi piel, los insectos sin piedad me devoran; estoy sediento y por momentos creo que perderé la conciencia.
Sin embargo, aún confío en mi amo... y sé que cuando note mi ausencia, pronto vendrá por mí; por lo que debo mantenerme alerta y así hacerles saber donde me encuentro.
La avecilla le alentó, expresando:
¡Sí, sí... tu rey! ¿Sabes? Viejo pájaro soy, y conozco mucho del mundo y de esos animales de dos patas "racionales", razón por la cual se creen superiores a todas las otras especies.
Teniendo esto en cuenta, noble Tufo... tú no debes preocuparte más; solo déjate llevar.
Teniendo esto en cuenta, noble Tufo... tú no debes preocuparte más; solo déjate llevar.
Sé que apenas nos conocemos, pero debes confiar en que cuidaré de ti, tal cual tú dices haría tu rey.
Tú cerrarás los ojos y descansarás... mientras yo estaré atento y vigilante; y cuando el rey se presente, yo inmediatamente te despertaré.
*¡Muchas gracias, amable pajarillo¡La verdad es que me hace falta dormir, porque no he logrado conciliar el sueño durante cuatro días, por temor a no escucharles al llegar!
-Entonces no se diga más, duerme y descansa en paz; mientras mis amigos y yo, entonamos dulces melodías para ti.
Tufo, si bien es cierto, se sentía desfallecer por todas las carencias y el dolor que le embargaba; después de escuchar el canto melodioso de los pajaritos, por fin se durmió... y nunca más en esta miserable tierra, donde habitan miles de humanos desgraciados despertó.
Ahora va surcando por las nubes, saltando y corriendo con la vitalidad de un perro joven. Se siente feliz, pues muchos de su especie se encontró; algunos con historias mucho más desgarradoras, que la de él; ya que innumerables perros le contaron, que durante toda su vida fueron inmensamente maltratados.
Tufo, con sus nuevos amigos, a toda prisa, persiguen conejos... más ahora ya no les hace daño alguno; pues ya no tiene a un amo a quien agradar, quitándoles la vida.
Para sus adentros, con su nueva transformación y liberación... pensando va:
Hay que ver, cómo infinidad de humanos creen ser nobles y de buen corazón; sin embargo, son incapaces de demostrar compasión y consideración; por quienes tanta devoción les prodigamos... a cambio tan solo de una mísera porción de amor.
Ufff! Escalofríos, recorren mi ser, al pensar que si ellos no sienten amor, o al menos misericordia... con quienes solo bienestar les brindaron...
Para sus adentros, con su nueva transformación y liberación... pensando va:
Hay que ver, cómo infinidad de humanos creen ser nobles y de buen corazón; sin embargo, son incapaces de demostrar compasión y consideración; por quienes tanta devoción les prodigamos... a cambio tan solo de una mísera porción de amor.
Ufff! Escalofríos, recorren mi ser, al pensar que si ellos no sienten amor, o al menos misericordia... con quienes solo bienestar les brindaron...
¿Cómo sería su actuar, con otras especies con quienes nunca interactuaron?
En ese momento, muchas especies extrañas para él, ante sus ojos, se presentaron; uno de ellos expresó que él era un Tigre de Tasmania... agregando:
A muchos de nosotros jamás nos conocieron de cerca, nunca a su lado compartimos y no obstante; igual nos masacraron hasta llevarnos a la extinción.
Lo más incomprensible de los humanos, es que alimentan, cuidan y protegen a cientos de miles...de "animales de su misma especie"; que maltratan, violan y terminan con la vida, de otros de su misma especie...
Y en muy raras ocasiones los condenan a muerte... y cuando así hacen, cuidan de que su agonía no sea tan traumática, tal cual, con muchos de nosotros sucedió.
Todos los presentes comenzaron a debatir del porqué de su crueldad y total falta de amor en sus corazones... No obstante, por más vueltas que le dieron al asunto; no lograron despejar la interrogante.
En ese momento Tufo, comprendió las palabras del pajarillo, en cuanto a que él había conocido mucho del mundo... siendo esa la razón, por la que prácticamente lo había invitado a rendirse... y así terminar con el desprecio y muerte brutal que le había sido impuesto, por su tan amado rey...
Tufo realizó una pequeña remembranza, de todos los momentos compartidos al lado de su amo, e incluso recordó el cuidado que tuvo con los miembros más frágiles de su familia.
Arduo trabajo le costó comprender que, jamás fue apreciado y que su gran delito fue envejecer; causa suficiente para ser juzgado y condenado; echándole la soga al cuello, con la peor de las penas de muerte.
El reconocimiento recibido por parte de su amo, por los innumerables días, de felicidad brindados... fue asegurarle una muerte segura... llena de dolor y agonía.
A Tufo imposible le fue contener el llanto, al comprender que nunca fue amado... y que su única falta había sido; ser incapaz de seguir colaborando para masacrar de forma brutal a otras especies...
¡Todo ello, con el único objeto de que su amo, ostentara un título... del cual lejos de sentirse orgulloso... como animal pensante, debería de haberle hecho sentir el más vil entre todos ellos!
Es conocido que tanto perros de cacería, como los utilizados para carrera... son sacrificados cuando pierden las habilidades necesarias... para triunfar en las tareas que les son impuestas.
Quién entrena a un animal para provocar la muerte de otro en forma brutal...es un asesino, carente de escrúpulos y piedad.
Los "hombres", que desechan a los animales como un trapo viejo, cuando ya no pueden servirse de ellos... con todo el peso de la ley, deberían ser juzgados y castigados.
Enrique Nieto Rubio.
*Derechos de Autor*
Colabora en imagen.
Silvia Regina Cossio Cámara.
Es conocido que tanto perros de cacería, como los utilizados para carrera... son sacrificados cuando pierden las habilidades necesarias... para triunfar en las tareas que les son impuestas.
Quién entrena a un animal para provocar la muerte de otro en forma brutal...es un asesino, carente de escrúpulos y piedad.
Los "hombres", que desechan a los animales como un trapo viejo, cuando ya no pueden servirse de ellos... con todo el peso de la ley, deberían ser juzgados y castigados.
De la misma forma, muchos los abandonan a mascotas a su suerte, cuando se cambian de residencia; y otros los mantienen viviendo en condiciones deplorables, sin que alguien denuncie esta clase de delitos...
¡Basta ya al maltrato! Los animales sienten y tienen sentimientos... que tú nos los poseas es muy diferente.
ANIMAL, es un adjetivo que debería de utilizarse, solamente para todo aquel que maltrata a otras especies.
Si callamos o somos pasivos ante estas injusticias, somos tan culpables como quienes cometen el delito.
¡Es responsabilidad de todos velar por su bienestar... pues como seres vivos merecen nuestro respeto!
Si callamos o somos pasivos ante estas injusticias, somos tan culpables como quienes cometen el delito.
¡Es responsabilidad de todos velar por su bienestar... pues como seres vivos merecen nuestro respeto!
¡No a la caza! Porque No es un deporte... y para quienes piensan así... en todo caso sería: ¡El deporte más estúpido, cobarde y sin sentido del mundo!
Porque para que sea un deporte, se necesita que ambas partes estén de acuerdo y compartan las mismas herramientas para triunfar.