jueves, 28 de agosto de 2025
..A mi amiga Yoli de Enricostro.
domingo, 17 de agosto de 2025
.Díaz de Navidad un niño de Enricostro. Cuento.
Días de Navidad, un niño.
Brited era un niño pobre venido de otro país.
Él vivía en las calles y en estas Navidades. Con doce años ya no creía en nada, y sus padres han muerto en Jerusalén por los ejércitos de Israel. Este chico vagó en un barco hacia Francia y aquí se formó su historia.
Es un niño de estos que tantos millones hay en este mundo invisible, pues a estos nadie los ve.
Él sabía que Papa Noél no vendría ni los Reyes, tampoco. Él era consciente, miraba mucho los televisores encendidos de los escaparates, y tenía unos sueños de estos de soledad y amargura.
Rebuscaba en los contenedores y conseguía zapatos y ropas en lo cual se vestía y se calzaba.
Él pidió en la cocina de un restaurante, creyendo que no les darían nada, pues tenía la fe perdida.
Pidió un pequeño bocadillo, y un señor grande y con barba espesa y blanca le dijo.
Chico, espérate un momento.
Él creía que se reirían de él como otras veces hicieron, pero en unos minutos salió este señor, con un bocadillo,ufff, juro que era tan grande que este chico no tenía manos. Para sostenerlo era de calamares calentitos en una gran Viena lleno de mayonesa y una Coca-Cola fresquita.
A este niño se le aflojaron las piernas y tuvo que sentarse en el suelo, así como cogió el gran bocadillo.
uffff sus lágrimas eran ríos de tantas penas atrasadas.
Comió y comió. Madre dijo, mirando al cielo, decía: ¡Qué rico está, ufff! Llamó otra vez en la puerta, que era de estas grandes de hierro, para darles las gracias a este señor, no sin antes guardarse más de la mitad del bocadillo para los días siguientes.
Pero solo salió un chino así, vajillo. Él le preguntó: ¿Podría usted avisarle al señor ese grandote con barbas blancas que me ha regalado el bocadillo?
El chino le contestó: Yo no entender, aquí estoy yo solo, uff, niño, que no tengo mucho tiempo.
ufff este niño se dio la vuelta y se dijo: Verás si Papa Noel va a existir todavía.
De pronto, se vio frente a un inmenso árbol de Navidad, enjambrado de luces, que hasta calentaba la calle y, harto de comer, seguía con su Coca-Cola que parecía que nunca se vaciaba.
Eran las once de la noche, del día cinco de enero, y eclipsado por las luces. Ahora sí, era feliz.
Se sentó en este banco, cerca del árbol de las luces, como él decía, y sus ojos les brillaban como si tuviera la estrella de Belén.
Él recordó en su tierra que aún seguían cayendo bombas en sus calles.
Y otra lágrima rodó.
Se acercaron dos niños pobres, más estos eran un español y su amigo francés, que se fugaron de un orfanato.
Ellos miraban las luces con esos ojillos de asombro.
Brited les dijo: —Tenéis hambre, y ellos contestaron: —Sí, mucha.
Sacó su gran bocadillo, que aún estaba calentito, y lo partió por la mitad, dándole a cada uno, y cogió dos vasos de plástico, que en el asiento había, y los llenó de coca-cola fresquita. Así estuvieron comiendo hasta hartarse, y cantaron algunos villancicos en francés y en español.
Enfrente había una inmensa tienda de juguetes que era de galerías preciados, y en su escaparate un señor vestido de rey observó a ese chico, que estaba solo y que ahora compartía ese bocadillo tan rico.
Salió y le preguntó al chico que dio su bocadillo que sí conocía a los otros dos.
Él contestó que no, que como tenían hambre les dio su bocadillo.
Viendo un gesto tan bonito en Navidad, aunque era el dueño de aquella tremenda tienda, se dio cuenta de que la Navidad seguía muy viva y reluciente.
Al ratillo se llenó a todo su alrededor de cientos de personas, cantando a la vez que estos tres chicos.
Que desde este día comenzaron a ver que aún había esperanza para este cruel mundo.
El señor Este sacó un montón de juguetes para ellos y de paso regaló balones a todos los que allí había.
Más, esta noche vendió todos los juguetes que tenían...
Desde este día, estos chicos comenzaron a ver la vida de otra forma, que al poco tiempo fueron adoptados por unas personas maravillosas.
Os lo digo porque este niño era yo. Cuento de
Enrique Nieto Rubio. Derechos reservados.
Cuento de ficción. De Navidad.
Mira que pequeño de Enricostro.
ERNESTO CORTAZAR - Romantic Piano Love Songs - Greatest Hits
Mira qué pequeño puedo ser,
que si me tomaras en tus brazos,
me convertirías en un bebe.
*
mírame no me quieras arrullar,
que en tus brazos mujer,
mi cuerpo desacera.
*
No, no me quieras tu mimar,
no me sientas en ti
pues si así lo hicieras,
Entonces yo moriré por ti.
*
pues el sentir que tú desprende,
ese será mi sentí,
y entonces viviría siempre contigo,
y siempre dentro de ti.
Enrique Nieto Rubio.
Derechos de autor.
Inspirado en esta preciosa músic
Guárdame, Señor, por tanta insolencia,
Guárdame, Señor, por tanta insolencia, que brota sin freno de mi corazón, por palabras duras, por mi indiferencia, por no ver tu luz en la humillación.
Perdona mi orgullo, mi vana osadía, mi lengua que hiere, mi juicio sin paz.
Hazme humilde, manso, en cada agonía, que tu misericordia me vuelva a abrazar.
Guárdame del fuego que yo mismo enciendo, de la sombra amarga que suelo sembrar. Hazme instrumento de amor, no de estruendo, que en mí arrepentir te pueda encontrar.
Y si caigo, Señor, no mires mi falta, sino el clamor sincero de mi alma rota. Que tu gracia, como lluvia que exalta, me limpie, me sane, me vista con ropa de paz y de vida, de fe y de perdón. Guárdame, Señor, en tu corazón.
Sé, Señor, que mi fe es ridícula ante el abismo de tu amor inmenso. No alcanzo a entenderte, no sé cómo mirar tu rostro cuando el dolor se multiplica en Palestina, tierra de tu Hijo, donde aún se llora y tú no logras calmarlo.
¿Será que no nos entiendes, Dios, por tu gran omnipotencia? ¿Será que el dolor humano es tan pequeño desde tus alturas que no lo ves?
Pero nuestras almas mueren, sin consuelo, sin paz, como hojas secas en un viento de guerra. Mira a tu Hijo, Jesús, cómo llora por los inocentes, por los niños sin nombre, por los cuerpos sin tumba.
¿No ves, Dios todopoderoso, cómo otros se creen dueños del mundo y siembran muerte donde tu hijo sembró amor?
Si seguimos así, lloraremos todo, hasta el último brote de esperanza. Y quizás este sea el fin del amor que tu Hijo dejó como semilla para todos.
Acaba, Dios, con estas malditas guerras que no sirven para nadie, que solo destruyen lo que tú creaste.
Ay, Diosito… he vuelto a caer en mi propio pecado. Perdóname.
Señor, sabemos que nuestra fe a veces se tambalea, que parece pequeña frente a tu inmenso amor. Pero aun así, venimos a ti, porque no entendemos el dolor que nos rodea, el sufrimiento que hemos creado con nuestras propias manos.
Mira, gran Dios, la tierra de Palestina, la tierra donde nació tu Hijo Jesús, y donde hoy se llora sin consuelo. Él, que vino a sembrar amor, ahora llora por los hijos que mueren, por las madres que gritan, por los hogares que se desvanecen en el polvo.
¿Nos entiendes, Dios? ¿O tu grandeza te impide ver la pequeñez de este planeta que tú mismo creaste? ¿Será que desde tus alturas no alcanzas a oír el clamor de los inocentes?
Pero nosotros sí lo oímos, y nuestras almas se rompen. Nos duele cada guerra, cada injusticia, cada acto de odio que contradice tu mensaje.
Por eso te pedimos, gran Dios: acaba con estas guerras malditas, que no sirven para nadie, que solo destruyen lo que tú amas.
Mira a tu Hijo, Jesús, cómo llora por nosotros. No permitas que su sacrificio se pierda en medio de tanta indiferencia.
Y si hemos pecado, si hemos caído en el egoísmo, en la ceguera, en la comodidad… perdónanos, Diosito.
Haznos instrumentos de tu paz. Haznos sembradores de tu amor. Haznos dignos de tu perdón.
Amén.
🌌 El Todo y el Amor
Dios (El Todo): Yo soy el principio, la chispa que encendió el universo, el silencio antes del tiempo, la voz que no necesita palabras.
Yo soy el que es, sin forma, sin límite, sin fin. El que sostiene galaxias y escucha el suspiro de una flor.
Jesús (El Amor): Y yo soy tu reflejo en la carne, la lágrima que toca la tierra, el abrazo que sana, la palabra que se hizo pan.
Yo soy el puente, la herida abierta por compasión, el hijo que camina entre los hombres para enseñarles a mirar hacia ti.
Dios: Tú eres mi ternura hecha cuerpo, mi misericordia con rostro humano. Donde yo soy fuego, tú eres llama suave. Donde yo soy eternidad, tú eres instante redentor.
Jesús: Y tú eres el Todo que me envuelve, el Padre que no abandona, el misterio que me sostiene cuando el mundo me clava su cruz.
Ambos: Juntos somos el susurro y el trueno, la justicia y la gracia, el origen y el camino, el Todo y el Amor.
Copilot y Enrique Nieto Rubio.
Derechos reservados.
viernes, 15 de agosto de 2025
En las noches dos amores .
..En la mar de Enricostro.
jueves, 14 de agosto de 2025
..El sol el mar y yo, Belén Herruzo.
lunes, 11 de agosto de 2025
Ani ella se marchó de Enricostro.
domingo, 10 de agosto de 2025
..Se que estas enamorada, de Enricostro (poemas)

..Si una mañana te levantas de Enricostro.
jueves, 7 de agosto de 2025
.Declaración de Amor de Enricostro.2

..Déjame vivir en mi pecado de Enricostro.
martes, 5 de agosto de 2025
Contra las injusticias de estos gobierno de Enricostro.
Miles de millones se gastan, en armas de guerra, y cientos de miles de personas sufriendo,
esta enfermedad que seguro es provocada en su mayoría por los grandes, negocios
como eléctricas, telecomunicaciones, gases de todos, exceso de plomo en el aire,
y cientos de cosas más que provocan las fábricas, el CÁNCER................. LA LACRA DE ESTE SIGLO.
lunes, 4 de agosto de 2025
..Adagio de Silvia Regina .poemas de Enricostro.
Está triste canción
fue dedicada.
A su esposo que murió,
uma bella persona.
*
Un saludo, los que te quieren,
no te olvidan.
Él quisiera volver,
pero Dios no le deja,
si la echa de menos,
si la quiere tener,
pues ella es su deseo,
de volverla a ver.
*
A, Dios,
Le va suplicando,
que le deje volver,
Pues su corazón,
está sangrando,
Porque, dejó su querer.
*
Más, Dios, Le preguntó.
Si ella fue tu querer,
que todo a ti te dio,
qué más puedes querer.
*
Tú la tuviste en tus brazos,
y le diste todo tu amor,
la tomaste con tu cuerpo,
ella te dio su corazón,
más tanto amor vivido,
amigo del corazón.
*
Tú que tanto as tenido,
Devuélveme la razón,
le diste lo que tenías,
tu alma y tu querer.
*
Ahora ya vives conmigo,
es que no me quieres tener.
*
Hay, Diosito,
si no es eso,
que aunque mortal yo fui,
todavía me muero,
por sus huesos,
y es que la quiero a vivir.
*
Solo, Diosito,
acércame un poquito, a ella,
ahora que está dormida,
Para darles muchos besos,
besos de despedida.
*
Enrique Nieto Rubio.
Derechos de autor.
IM.8.DOIV.I,CO.98.
..Al castillo mágico del poeta.
Al castillo mágico del poeta,
mis más cariñosas felicitaciones,
a todos los compañeros y compañeras,
administradoras y administradores,
y a nuestra querida anfitriona Fay Gwillyon,
para que en estas Navidades
sean de lo más maravillosas que puedan,
con todos vuestros familiares,
y que seáis de lo más felices del mundo mundial.
Besitos a todos,
Enrique Nieto Rubio.
..El hombre que busco la libertad de Enricostro.
El hombre, en su desesperanza, quiso buscar su libertad y ya ven, se puso en camino, surcó montañas tremendas, valles insólitos, mares turbulentos, y toda clase de bosque, hasta perderse en el finito mundo, por el vívido.
Se adentró, en un inmenso valle de yerbas frescas, y amapolas. Necesitaba descansar, pues pronto se haría la noche.
Soltó su mochila, y sacó una pequeña tienda de campaña, y con su pequeña hornilla, se preparó una buena cena.
Ya adentrándose las una de la noche, se quedó un rato mirando el cielo, lleno de estrellas, maravilloso.
Él jamás imaginó aquel momento, pues fue su primera escapada, al mundo de la soledad, que él lo llamó la libertad,
Qué ilusos somos, pues de día nuestros pensamientos son unos, y en las noches todo lo contrario.
Se metió en su tienda, ya para esperar un nuevo día, pues la soledad, aunque él la quería, los humanos no nacimos para vivir solos, pues si o si los fantasmas del pasado nos visitan, en esas noches silenciosas y oscuras.
En su oscuridad, solo un pequeño silbido de la brisa en el roce de la hierba, le recordó a Marilud una jovencita que, un día en la playa, consiguió enamorarlo, pues la chica, acampada cerca de él, le provoco toda clase de pasiones con esos gestos que ella le mostraba sus intimidades, simuladamente que solo él viera.
Él, ese día se emborrachó de deseos y pasiones, él aquella tarde se levantó un momento, mirando hacia la playa, emocionado por esa provocación de aquella chica, mientras en ese momento, llegaron los papás de ella y se marcharon sin más, el cuándo se volvió ella ya no estaba, mirando hacia todos sitios creyó que pudo ser una alucinación.
De aquí los fantasmas del pasado, él sonreía en su soledad, agarrado al saco de dormir hasta quedarse frito.
A la mañana siguiente comenzó su visita por la naturaleza y se adentró mucho más en un bosque que apartando la maleza, pues el camino se perdió.
Choco contra una alambrada, dijo:coño, que es esto, así que la rodeo un par de kilómetros que tenía y que casualidad que tiene la vida que viendo a través de la valla, a tantas personas ya no quiso continuar con su caminata. Era casi las siete y decidió acampar dentro del campin, pago su entrada que por ser solo una tienda de campaña pago muy poquito.
Ciertamente, disfrutó con todo aquello, pues había muchos niños y lo pasaban divinamente.
Montó su tienda y decidió, darse un baño, en la piscina que estaba llena de personas, pues ese día hacía mucho calor, ya de noche se sacó su hornillo y se sacó unos choricitos que al freírlos soltó un aroma exquisito, el lleno todo el campin provocando el hambre a todos. jajajá,
él se lo comió casi todo, pero una chica atrevida se asomó por un lateral de la tienda y le dijo:¿me das un trocito, de chorizo? Él sin mirar, ¡si toma!, y ella lo cogió como era bastante de noche, que solo un pequeño campin alumbraba al fondo de su tienda, él dijo: siéntate si quieres, ella se sentó y cosas que tiene la vida, ella se le abrió de piernas con un pantalocito algo olguero, y él la miró y viendo que era la misma chica casi se ahoga con la comida que ella tuvo que ayudarlo a respirar.
Tú eres el chico de la playa, verdad dijo ella:
¿Que haces tu aquí chico?, él le dijo:¡eres una provocadora, lo sabes!, ella se echó a reír¡si me encanta!
Así comenzaron a charlar y se tiraron casi toda la noche, ya cansados y tumbados, se quedaron durmiendo los dos. Al día siguiente ya no se despegó el uno del otro, salieron a bailar a una discoteca y el amor se adueñó de los dos, terminando haciendo el amor, en aquella tienda de campaña fin.
Enrique Nieto Rubio.
Derechos de autor.
..Érase una vez EL abuelo y la niña del vestido rojo de Enricostro.(cuentos)
Érase una vez EL abuelo y la niña del vestido rojo con sus flores blancas.
Un día se fueron de perol, y el abuelo fingía cansarse para así contarle a su nieta sus vivencias por la vida, ya que él fue un pescador de alta mar.
Se tumbaron sobre un árbol, el día era fantástico y él le contaba, cuando vieron como un dragón en el mar, cerca de la isla abolan allí, ellos iban muchas veces, pues había una cantina, de un viejo pirata.
Este contaba sus hazañas a ellos, pues el pirata mientras tomaban cerveza los entretenían contándoles de una isla fantasma, donde un día desembarcaron allí por un barco holandés que fue a la deriva por una gran tormenta, con asesinos de lo más peligrosos.
Allí murieron de viejos, protegiendo un gran tesoro, que los piratas, escondieron y jamás pudieron regresar, pues esa isla suele desaparecer con la niebla.
La niña alucinaba con su abuelo, que era fantástico,
Eso lo solía hacer muchas veces, otras veces le contaba alguna que otra historia, cuando un día en alta mar estaba la mar muy revuelta y al coger las aneas un golpe de agua lo sacó por el otro lado del barco.
Ya era casi de noche y no se veía a penas.
Pues cayó en lo alto de una inmensa ballena, esta lo miro y quiso darles un buen susto, él se agarró a un arpón que llevaba clavado la ballena, salió a gran velocidad hasta llegar cerca de una isla, esta pobre ballena les caían unas lágrimas, pues les dolía mucho.
El abuelo de un tirón le sacó aquel arpón, pues él, savia un truco para hacerlo sin dañar mucho a la ballena ... Está en su agradecimiento, lo llevó despacio hasta el barco y así no se caería.
Para contentarla, pues después ella, cuando volvía a casa, con mucha alegría y con grandes ojos, se lo contaba a sus papás.
Otras veces se la llevaba a pescar, a la orilla de un río manso, y aunque no pescaban mucho, se lo pasaba maravillosamente, su abuelo era lo más grande para ella.
Enrique Nieto Rubio.
Derechos reservados.