sábado, 28 de marzo de 2020

..Coronavirus casualidad o no de Enricostro. hechos reales.

Emisión de 'pasaportes de inmunidad' aumentaría transmisión de ...
Coronavirus casualidad o no de Enricostro.
En el mes de noviembre, día 25.......
divise más de treinta objetos no identificables, en el cielo de córdoba, del tamaño de estrellas a simple vista, quizás haciendo una corona alrededor de la tierra.
En Nochevieja, alrededor de las once de la noche, veo como una puerta estelar en el espacio luminosa, color fuego. Dirección vallé de los Pedroche.
Más, desde este mismo diciembre sale un virus llamado coronavirus, extendiéndose rápidamente por toda la tierra, matando a miles de personas,
esto me da la casualidad si no han sido estos objetos alrededor de la tierra los que lo han propagado:¿no es casualidad.?
Esto ha causado una gran ruina a todos en la tierra, y lo peor, son padres y abuelos muertos, ellos que sufrieron esas guerras y posguerras y mueres de una forma demasiado penosa.

De Enrique Nieto Rubio. 

Derechos de autor. 

miércoles, 25 de marzo de 2020

..Un mundo como este de Enricostro.

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UN MUNDO COMO EL NUESTRO
Eran personas de hoy, todos teníamos de todo, el mundo avanzaba, las guerras habían terminado, todos éramos muy felices aparentemente.
El mundo era feliz, teníamos casas, familias, coches, móviles consolas, televisiones grandísimas.

Teníamos de todo, nadie pasaba hambre, la energía era derrochada kilovatios en segundos.
Todos íbamos a lo grande, nadie pasaba hambre. Todo era derroche mundial.
África, los países islámicos, Irán e Irak todos eran países ricos y las religiones quedaron en un tercer plano.

Pero había un planeta que a millones de años luz nos vigilaban.
Como nosotros intentamos ver otros planetas, desde nuestras, antenas, pero en este mundo sus telescopios son cientos de veces más potentes.

Ellos nos viene vigilando desde hace cientos de años.
Hace poco nos enviaron un mensaje cifrado.
De lo que para el año 5000 aproximadamente, este mundo iría escaseando todo en alimentos y energía, pues nuestro derroche de todo era lo más.

Pero no le han hecho ni caso, y se lo han guardado este mensaje.  Para ellos la distancia es tan grande, como para nosotros, a pesar de sus adelantos.
Ya que son millones de años luz.
Ellos quieren ayudarnos, pero un aviso a millones de años luz, son muchos millones de años, que quizás no llegue, pues para entonces quizás ya ni estemos.
La tierra está completamente iluminada día y noche con luz artificial que casi parece una estrella, y somos un blanco perfecto para otras civilizaciones de otros mundos.

Estamos calentando tanto este mundo, que pronto comenzaremos a pagar por los derroches y despilfarros.
Han pasado los años, y ya empezamos a sufrir escasez de todo.
El mundo es un caos, todo ha explotado, las gentes se matan a millares, saqueos, robos, no hay leyes ni mandos, todas las ciudades arden por los cuatro costados, los Estados Unidos son como una guerra, los tiros salen de cualquier ventana, disparando a todo cuantos caminan o a sus coches incluso de ventana a ventana, todos matan y miles mueren Pronto. Las plagas y enfermedades se apoderarán del resto de humanos.
 Esto será el fin de una civilización, quizás la penúltima. Antes del 5000...

Año 4500 el mundo se muere. Ello nos miran desde lejos y han visto la devastación de la tierra.
Militares tirando a matar, por todas las ciudades, millones de muertos
Quizás para empezar de cero. Fin.
EL DERROCHE Y EL DESPILFARRO, puede que acabe con este mundo antes de tiempo. 
De Enrique Nieto Rubio.
Derechos de autor.

martes, 10 de marzo de 2020

..Los niños abandonados de Enricostro (cuentos)

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sobre el año 1300. en tiempos de horror, por la miseria de las ciudades en Andalucía, cerca de córdoba por entonces. Cuando la miseria se masticaba en sus mayorías de las personas.
Una triste familia de siete personas contando con un matrimonio de miseria. Estos decidieron adentrarse en un bosque cercano a la ciudad. Con sus cinco hijos andáron varios kilómetros hasta que la ciudad se perdía entre el follaje del bosque, en un pequeño claro en su hondura.

Ellos decidieron proponerles a los hijos jugar a esconder, diciéndoles que si los encontraban esa mañana, comerían caliente cosa que jamás pasó en ellos.

Así que así fue como los abandonaron a los cinco.

La mayor tenía 9 añitos, el hijo que le seguía en edad era de 8 años, otro 6 el siguiente 5, y el más pequeñito 2 años, que apenas si se tenía en pie.

Ellos, los padres, solo querían vivir su vida, y hacer el amor a cada instante y claro les estorbaban los hijos.

Así que huyeron como lo que eran unos miserables.

Ya los niños eran las siete de la tarde, y empezaba a refrescar, estaban destrozados y muertos de hambre.

Decidieron echar a andar, pero como no sabían por donde, se adentraron mucho más en el bosque aquel.

Iban descalzos, con sus pies heridos, por los pinchos del bosque. Este bosque los maltrató, todo lo que pudo y más.

Ya casi de noche, por fin, a lo lejos divisaron una cabaña.

La mayor se fue compartiendo a la más chica con su hermano, ya no podían más.

Arrastrándose como pudieron, consiguieron entrar en la cabaña.

Ya los cinco dentro buscaron comida, lo cual había y en abundancia, hasta leche tenía en una jarra quien fuera.

Esta cabaña, tenía un rico pan dentro de un horno calentito.

Se sentaron todos en una gran mesa y se hartaron de comer y beber leche y unos preparados de carne que había en una olla calentita, se lo comieron todo y la chiquitina se tomó dos grandes vasos de leche.

No les importó en ese momento los dolores que tenían en sus malogrados cuerpos.

Así que decidieron en una gran cama que tenía, descansar un ratito y después marcharse, ya que lo que estaban haciendo sabían que no estaba bien, pero no tenían otra.

Pero como estaban tan mal y cansados, se quedaron dormidos todos .

A las dos horas más o menos, llegó el dueño de la casa. Encendió la lamparilla de carburo, y la colgó encima de su mesa.

Cuando se encontró toda la mesa llena de todo lo que habían comido,
bueno se enojó un montón blasfemando, creyendo que eran otros cazadores.

Pero entró en el dormitorio con otra lamparilla, y en la cama vio piernas y brazos por todos lados, y en el medio la bebé sentada con dos ojos como linternas de grandes, comió tanto que no podía dormir.

Así que la cogió y se la sacó en brazos.

Este hombre era muy grande y robusto, con grandes barbas que daba un poco de miedo.

Se sentó en la mesa y puso a la niña encima de ella,
la examinó y la chiquilla estaba escocida de su culito y muy sucia, así que le quitó la poca ropa roída que tenía, y en su horno tiene para calentar agua, y así lo hizo.

calentó un cubo grande y la metió dentro sentándola, para disponer a comérsela, que es broma hombre.

bueno la cría lloraba, pues les dolían sus heridas.

Ya lavada la cogió y la secó muy bien y tumbó una gran piel de oso en la mesa y allí la tumbó a la cría. él era un hombre muy inteligente, pues en sus tiempos fue un científico rarrito, que intentaba pasar desapercibido de la sociedad, Tenía unas grandes vitrinas con muchos botes llenos de potingues, bueno, él sabrá que son claro.

Tomó un bote y lo abrió con su mano, sacó de él una especie de aceites que emvarduñó todas las heridas de la bebé.

La envolvió en un trapo limpio y la peque se agarró a sus barbas balbuceando palabras.

Él se echó a reír, pues vivió muchos años solo.

Así él, con la bebé en brazos, picoteó algo de pan con un riquísimo queso hecho por él, y se sentó en un gran butacón que tenía en un rincón. Él lo usaba mucho para relajarse de un largo día.

Así hasta que se quedó durmiendo, con la bebé en brazos.

Ya de madrugada, sobre las siete, la mayor despertó a todos diciéndoles:,

¿benga que nos vamos.?, así que todos salían despacito, huyendo, pero la puerta estaba cerrada, y no podían abrir, además de su hermanita pequeña, no podían dejarla allí, pero tampoco podía quitársela a aquel gigante que dormía con ella.

El hombre aquel abrió un ojo y dijo:¿volver todos a la cama?

ellos corrieron para adentro asustados, y en la cama se acurrucaron.

sobre las nueve la mayor se levantó y sin hacer ruido limpió todo cuánto había en aquella mesa.

ya el gigante despertó y le dijo a la chica:

¿llama a todos.?

Así que los llamó y todos uno al lado del otro de mayor a menor. Dijo:

¿bueno quién me va a explicar qué es esto.?


La mayor, sin darle vueltas a la historia, le dijo: ¡nuestros padres nos han abandonado en el bosque.!

Él, los miraba a todos, sucios y heridos por todos sitios,

ella creía que este gigante se los comería.

El hombre dijo:¿a ver, quitaros toda la ropa? Bueno, la cabaña era muy calentita, y se estaba muy bien.

así que todos se quitaron los trapajos aquellos, pero la mayor se asustó de aquello, pero no se atrevía a decir nada por sus hermanos.

y él le dijo venga y tú también.

Así que ella solo tenía un vestido roído y sucio.

Tenía su cuerpo deplorable.

Él, tenía, una gran bañera de hierro muy antigua, que la llenó de agua calentita,
le dijo a la mayor:

Coge todas esas ropas, él abrió el horno y le dijo: a la chica, ¿échalas dentro.? Y lo quemó todo.

Cómo eran muy delgados, él dijo: ¿todos a la bañera benga.?

Se metieron y él le echó al agua, algo de un bote, así que a la mayor la frotó él por todos lados,
y cuando estaba limpia, le preguntó: ¿cómo te llamas?, ella



respondió: ¡Laura.! ¿Yo soy Juan.?
mira como yo te he lavado, quiero que lo hagas con todos tus hermanos, ya que eres la mayor vale.

Él le puso una camisa suya a la mayor.

Ella aceptó sin decir nada, pues en su vida se había visto en otra.

Media mañana allí jugando en el agua todos. Disfrutaron de lo lindo.

Ya cuando terminaron, Juan los llamo a todos:¿si os queréis quedar aquí, tendréis que llevar unas normas? ¿Primera os tenéis que secar muy bien cuando os lavéis y peinaros.?

¿bueno, ya os diré poco a poco lo que tenéis que hacer, estáis todos de acuerdo.? ¡Sí , sí ,sí.!
todos lo aprobaron.
Cuando llamó a Laura:¿tú la primera ven aquí, la tumbó en aquella gran mesa, y sacó el bote mágico, de curar, y en todas sus partes la fue untando de este frasco con un trapito, escociá un poco, pero no era nada así que le dijo:

¿ves como te lo he hecho, pues así tienes que hacérselo a todos tus hermanos, menos a la peque, que ya la he mirado yo, esta mañana, y está curada del todo? Vale. ella se le abrazó tiernamente y él se estremeció.

¿Bueno, haremos una cosa escuchar todos, yo voy a cazar ahora y después tendré que ir a la ciudad?

¿Cómo estáis en pelota picada, ja, ja, ja, no podréis salir, a la calle, así que os quedaréis dentro vale.?

Todos estaban de acuerdo.

Juan era un buen rastreador y sabía todo de ese inmenso bosque,

así que siguió la pista por donde vinieron los niños con su perro bluquin.

un gran mastín inteligentísimo.

Y por una vereda estrecha había unas huellas de huida, esta era de los padres.

Él, tomó precauciones, pues era el sendero de las víboras. Y se temió lo peor.

Un poco más allá encontró a los padres de los chicos muertos quedaron abrasados.

Pues un enjambre que allí vivían lo pisaron y les atacaron todas y fue muy rápido.

Juan regresó a por su vehículo y se marchó a la ciudad.

Los niños todos estaban jugando en la cama, que era donde mejor se estaba.

Cuando él llegó a la ciudad se dirigió a una tienda de ropa de una gran amiga de él,
además de comprar siempre allí, aunque tiempos atrás tuvieron sus rocecillos amorosos, pero que nunca fueron a más.

Cuando Carmen la tendera lo vio entrar:
¿hombre Juan que es de tu vida.? Él le contestó:¿hasta ayer bien, hoy no sé, mira Carmen tengo cinco?

niños en casa, tres mujercitas y dos niños y los tengo que vestir.:?

Carmen le dijo:¿no querías casarte conmigo, por no tener familia y ahora tienes cinco hijos, ja, ja, ja, ja, ja, ja? Ella no podía parar de reír, ¿eso lo tengo que ver con mis propios ojos, ja, ja, ja, llévame a verlos a tu casa, para tomar medidas jajajajja.?

Así Juan, muy serio, la miraba con ojos enojados. Ella se tiró para sus barbas con las dos manos y le dio un gran beso en la boca mientras tiraba de él. él, se quedó pasmado.

Cuando iban para la casa, antes se llegó al cuartelillo de la policía y comunicó que en tal sitio hay dos personas muertas, en el camino de las víboras. La policía le dijo: ¡quienes son, los conoces!, él, le dijo: no, los conozco, cazaba por allí y los vi, esta mañana. Nada más y se marcharon.

pues Juan llevaba todas las licencias al día y era muy conocido por ellos.

Carmen se llevó algunas ropas a cálculo. Según él le describía sus cuerpecitos.

Cuando Carmen vio a los niños, todos limpios dijo: ¿si son preciosos? Así agarró a los cinco y los estrujó muy fuerte, Carmen era de estas tetonas y casi los asfixia.
Le dio las ropas y a la mayor le vinieron bien, los pantaloncitos y al segundo en edad.

Más tarde les traería a los demás sus ropitas, ellos se pusieron la mar de contentos.

Carmen le dijo a Juan:

¿quieres que los criemos entre los dos.?

Juan le dijo: que sí, y se abrazaron.

Pocos años después, se casaron y fueron muy felices, y mientras tanto los niños vivieron su mejor infancia, pues tenían todo un bosque para jugar, aunque nunca dejaron los alrededores, de aquella hermosa cabaña.

aprendieron a cazar y a pescar, nuestra querida Laura, Carmen la instruyó y la metió en la tienda de dependienta, a los 14 años, Carmen desde que se acopló en aquella familia, todos los días debajo de esos hermosos árboles, formó una escuela para todos así se turnaban ellos dos, para tampoco dejar la tienda, abandonada, Juan montó unos bancos y además tomó otros niños cercanos, pues él al tener estudios elevados también ejercía de profesor. Y todo fue de rosas. La peque seguía agarrándose a las barbas de aquel hombretón, que con el tiempo terminaron todos llamándoles papá y mamá. fin.

Enrique Nieto Rubio.
derechos de autor.

miércoles, 4 de marzo de 2020

..Dentro del espejo, de Enricostro. (relatos)


 Alfonso un joven excepcional y Carmina una chica hermosa, se conocieron desde muy pequeños; el de ella se enamoró y ella de él.

 Cuando cumplió sus quince años, Alfonso sus sentimientos le confesó. Ella quien también por él se sentía atraída, feliz aceptó. 

Transcurrieron dos años, y como en toda relación, tenían sus altas y sus bajas; sin embargo, Alfonso era quien, en los malos momentos, consentía todo cuanto la joven deseaba, pues la amaba con devoción.

Una mañana lluviosa Alfonso decidió visitarla para confrontarla, pues últimamente notaba a Carmina distante y muchas veces abstraída en sus pensamientos.

La chica lo recibió en el salón principal de su casa; y cuando Alfonso le cuestionó el porqué de su forma de actuar; Carmina le expresó que deseaba terminar con la relación. El chico como siempre, trató de calmar los ánimos, no obstante mientras discutían acaloradamente, ella le dijo:
-¡Lo siento! No puedo y mucho menos quiero continuar contigo, pues ya no te quiero... pues me he enamorado de Juan. 

Alfonso sintió que bajo sus pies, el mundo se le abría, pues Carmina era todo para él... sin ella, hasta el aire arduo trabajo sería respirar. 

El chico trató de calmarla, expresándole que tal vez solamente estaba confundida; más, Carmina lo invitó a salir de su casa... Propinándole un fuerte empujón, y con muy malos modos,
-¡Carmina! ¡No puedo creer lo que me estás diciendo! ¿Por otro me dejarás?
¡Sí... por otro te dejaré, quién es un chico mucho más guapo que tú!
-Pues bien, haz de tu vida lo que quieras, por mi parte de este lugar largaré, pues en el ambiente, angustia y soledad es lo que se percibe. ¡Maldita seas!

Carmina en respuesta, con otro empujón hacia la calle lo lanzó; y Alfonso al volverse hacia ella, se vio frente a un espejo inmenso, que había en el salón y vociferó:
-Mírate en ese espejo... eres igual a él, fría y vacía por dentro, ¡Desearía que por siempre te quedes allí!

Girando en torno de sí, Alfonso a la calle se dirigió, sin percatarse que en ese mismo instante; un brazo larguísimo del espejo salió... y de un solo jalón, a través del cristal, a Carmina dentro la metió. 


Al siguiente día, cuando la empleada doméstica de Carmina, notó que Carmina no había llegado a dormir; inmediatamente a la jefatura de policía se dirigió; y como la chica era menor de edad, el caso fue tomado muy en serio y de forma inmediata. 

Les cuestionaron a la empleada, sí, quizás el caso podría tratarse de una adolescente, quien con sus amigos de fin de semana partió; más, ella respondió que no existía esa posibilidad.

Los agentes se dirigieron a la casa, para comenzar con la investigación; y constataron que todas las pertenencias de la joven, así como su vehículo, estaban en el lugar; señal inequívoca de que realmente Carmina había desaparecido.

La empleada también informó a los agentes, que el principal sospechoso era Alfonso; pues su patrona le había comentado...de su deseo por concluir la relación; y que ella un día antes, los había escuchado discutiendo muy alterados.

Los investigadores le expresaron a la empleada, que ese no era un motivo válido, por el cual levantar semejante acusación.

Sin embargo, la mujer molesta agregó:
-¡Estoy segura, que Alfonso está relacionado con la desaparición de mi patrona; porque usualmente ellos tomaban el desayuno juntos! Y mucho más extraño aún; era el hecho de que él, ¡no había llamado tan siquiera vía telefónica, para informar que no se presentaría!

Después de escuchar que el chico estaba actuando de forma irregular, los investigadores temieron lo peor.

Inmediatamente, se designó a un grupo de oficiales, y rumbo a la casa de Alfonso enfilaron; pues habían establecido que también el chico, fue el último que con vida la vio.

Cuando lo interrogaron, el joven confesó que ese mismo día, habían terminado con su relación; y con vergüenza, relato con detalles, todo cuanto sucedió...

Alfonso, en su defensa, únicamente dijo que sin importar que tan alterado él pudiese estar... él jamás atentaría contra la vida de un ser humano; y mucho menos con Carmina, pues la amaba de verdad.

No obstante la policía no le creyó; y procedieron a detenerlo en ese mismo instante. 
Pasados unos meses fue llevado a juicio; Alfonso negó tener responsabilidad alguna en la desaparición de la chica... más sin importar que no contaban con evidencias sólidas de su culpabilidad; igual fue condenado a quince años de prisión.

La madre de Alfonso apeló la sentencia; mientras su hijo la pasaba muy mal en la cárcel.


Cuando se llevó a cabo el nuevo juicio, el juez dictaminó que en base a los testimonios, que únicamente cinco años de la sentencia rebajaría; pues reconocía que el chico desde su primera interrogación, había aceptado que ambos se habían enfrentado de forma inapropiada.


Los padres del chico quedaron devastados... pues toda esperanza de ayudar a su hijo, había desaparecido.

El tiempo transcurrió y Alfonso por fin su condena terminó. Salió en libertad una mañana de otoño; sintiendo que el frío calaba hasta sus huesos. 

Esta era la época predilecta del joven; sin embargo, todo lucía oscuro y tenebroso; el ambiente estaba cubierto por una densa niebla y con una suave llovizna... las cuales parecían lágrimas en el viento.

Se encaminó a su hogar, y en el trayecto imposible sería no ver la casa de Carmina; cuando llegó alzó la mirada y observó que se encontraba abandonada, con un letrero en el cual se anunciaba que estaba a la venta.

Cuando el chico ingresó a casa de sus padres, estos lo recibieron con mucha alegría; pues sabían que su hijo era inocente, de la desaparición de Carmina.

Luego de prepararle al chico, sus platillos predilectos y de conversar toda la tarde; el chico no se pudo contener, y estando a solas con su madre, le preguntó:

-¿Nunca más escucharon, nada al respecto de Carmina?
No hijo, jamás tuvimos más noticias de ella. La casa se puso a la venta hace algunos años; muchas personas mostraron interés, pero luego de visitarla todas salían huyendo... como si estuviera maldita. 

-Mamá, yo deseo comprar esa casa, con mis ahorros.
¡Hijo! ¡Cómo puedes desear obtener esa casa! ¿No has sufrido ya suficiente?
-Sí mamá, pero eso es lo que mi corazón deseó, al momento de pasar por el lugar.
Alfonso, por favor aléjate de todo lo relacionado con Carmina. ! ¡Olvídala ya! 


Alfonso por un instante dudó... pero luego enfático exclamó:
-¡Lo siento mamá! No puedo olvidarle; pues a pesar de que he sufrido por años encerrado, no logró de pensar en ella. Ni yo mismo, me explico que es lo que me sucede. 

El padre del chico, que algo alcanzó a escuchar, intervino tratando de convencerlo, para que cambiara de opinión... pero con los mismos fallidos resultados.

La madre por último, a su hijo advirtió:
¡La compra de esa casa, será tu perdición!

Alfonso estaba determinado; así pues, contactó a la inmobiliaria que tenía a cargo la venta de la casa; y después de realizar los trámites necesarios, el chico su objetivo consiguió. 

La casa era muy grande, con dos plantas y por fuera era singular, pues tenía dos ventanas... en forma de ojos de gato. 


Cuando ingresó, observó que todo estaba tal cual, la última vez que visitó el lugar. Todos los recuerdos de su bella relación con la chica, se hicieron presentes.

Alfonso comenzó a correr por toda la casa, preguntándose: ¿Qué fue lo que pasó? 
¿Dónde se encontrará mi dulce Carmina? 

Llegó al dormitorio, y se sentó en el borde de la cama... y de pronto le pareció escuchar un llanto... muy tenue y bajito; por lo que se extrañó... más luego pensó que sería el maullar de un pequeño gato, o un niño en la calle. 

Acto seguido, y ayudado con la luz de su linterna bajó las escaleras, pues la casa en ese momento no contaba con servicio de luz eléctrica. 

Revisó la planta inferior y nada encontró; a tiempo que iba pensando en todas las reformas que tendría que hacer, para que la casa luciera como él deseaba.
Alfonso se dirigió a casa de sus padres, informándoles que había determinado, irse a vivir a su nueva casa. 


Los padres se sorprendieron, pues para ellos era demasiado pronto, ya que apenas habían vuelto a recuperar a su pequeño; más el chico estaba determinado, así que aceptaron su decisión.

Alfonso lo tenía muy claro, decidió llevarse todas sus pertenencias de la casa de sus padres; ellos tristes y con lágrimas en los ojos lo despidieron... más este los reconfortó diciendo:
-¡Vamos mis viejitos amados! Mi casa prácticamente está enfrente de esta, por lo tanto, nos veremos en cualquier momento. 

Alfonso tan pronto como llegó a su casa, se puso a trabajar; más tarde en un sillón del salón principal, se dispuso a descansar... Cuando una vez más, escuchó un llanto lastimero y lejano; por lo que se dirigió a una de las ventanas, pero no vislumbro o escuchó nada. 

¡Qué raro! Para sus adentros pensó.

A los pocos minutos, de nuevo escuchó el lamento casi imperceptible; pero era muy claro... posó su mirada en distintas direcciones, más no descubrió su procedencia.

Por el tiempo que había transcurrido encerrado, pensó que quizás todo estaba en su mente, así que decidió escuchar música, y de esta forma amortiguar los leves quejidos. 


Luego se dirigió a la cocina para preparar un aperitivo, y se sentó en su sillón, dispuesto a ver un programa de televisión.

Transcurrieron algunas horas, y el chico decidió irse a descansar; y lo hizo en la cama que en vida le pertenecía a Carmina, sintiendo que de esta forma estaba un poquito cerca de ella... pues la seguía amando con la misma devoción de siempre. 

Sobre las doce de la noche, volvió a escuchar el llanto, pero con el silencio de la noche, el sonido se percibía mucho más fuerte. 

Alfonso, con el corazón encogido, y bastante asustado; bajó las escaleras... y al pisar el salón principal, vislumbró un reflejo tenue, que provenía del espejo... Encendió la luz y acercándose a este, observó que aparentemente en un rincón, divisó como una muñeca.

Él miró para atrás, para constatar que no había ninguna muñeca. Y no había nada, que creara dicha ilusión. Se acercó nuevamente, y miró con mayor atención... la muñeca en el interior del espejo, parecía ser Carmina. 

-¿Carmina? ¿Eres tú? 

La chica, quien parecía una muñeca chiquitita, respondió:
¡Sí, soy yo! Por favor, sácame de aquí.
-Pero... ¿Qué haces ay? ¿Cómo has entrado?
¿Te acuerdas el día que nos peleamos?
-Sí, me acuerdo perfectamente! ¿Cómo olvidarlo?
Pues entonces, recordarás que me dijiste que me viera sola como ese espejo. . Acto seguido, el espejo tal cual si tomara vida, de un fuerte impulso dentro de él, me metió.
- ¡Lo siento inmensamente!
¡Jamás fue mi intención hacerte daño! Tú me dijiste que ya no me querías ... Yo me sentía abatido y dolido, y solamente me referí a que te quedaras sola en esta casa, que muchas veces, tan incómodo, me hacías sentir.

Carmina sin levantar el rostro, expresó:
¡Sí! Yo también recuerdo lo que dije; fui muy tonta... pero ahora es muy distinto. Desde que he vivido sola y encerrada, no he dejado de pensar en ti.
-No tengo palabras que puedan expresarte, cuanto lamento el haberte hecho daño; más si de algo sirve, debes saber que yo también la he pasado muy mal... y estos últimos años, encerrado en la cárcel, estuve, pues me culparon de tu desaparición. 

Carmina también se lamentó de lo sucedido... diciendo que ambos eran culpables de la terrible pesadilla, que habían tenido que vivir. 

Después de un breve silencio, Alfonso recapacitó:
-¡Ohhh Dios! ¿Ahora cómo te saco de hay?
No puedo romper el espejo, porque si lo hago, tú con él podrías desaparecer. ¡No sé qué hacer!

Yo tampoco sé lo que puedes hacer... más lo debes descubrir; por qué llevo muchos años sola, y creo que terminaré por perder la razón.

-No te preocupes mi amor... buscaré en libros de hechizos y brujerías; aunque esto parezca increíble, sé que en la biblioteca deben de tener disponibilidad de información, que pueda servirnos de ayuda.

¡Ayyy! ¡Pero no tardes, por favor! De verdad, ¡no soporto más este lugar!


Él la tranquilizó, prometiéndole que se tardaría solamente el tiempo, que fuese necesario para encontrar la forma de sacarla, sin exponerla a una mayor desgracia. 

Pronto amaneció, y el joven a la biblioteca se dirigió; solicitó le proporcionáran los libros antiguos, en todo lo concerniente a maleficios... El encargado del lugar, al enterarse de su triste historia, le recomendó consultar a un brujo; quien tenía fama de ser muy bueno, en este tipo de situaciones.

Alfonso enseguida lo contactó vía telefónica; comentándole la tragedia que estaba viviendo.

El brujo. parecía, ser un hombre muy amable, quien le dijo que vivía en un pequeño pueblecito; más para su caso, lo mejor sería que él los visitara, ... para así no empeorar la situación; agregando que no les cobraría nada; pues para él esta historia era alucinante.

El hombre que apenas podía creer, en el relato de Alfonso... parecía un cuento de fantasía y deseaba verlos por sus propios ojos; así pues, enseguida marchó, y dos horas más tarde, frente a la casa llegó. 

Tocó el timbre... y rápidamente el chico abrió, invitándolo al lugar donde se encontraba el espejo. El hombre miraba en el interior, pero no lograba ver nada.

Alfonso le dijo:
-¡Sí! ¡Allí está! Observa cuidadosamente en aquel rincón.
¡Madre mía! ¡Es cierto! Es una pequeña niña,
-Bueno, no es una niña... Pero sí, es una chica y mi novia también.
¡Joder creía que era cuento! Madre mía, qué gordo es este lío.

El brujo dijo que tenían que tomar las cosas con calma, y estuvo leyendo los libros que el chico había llevado de la biblioteca; probó con todos los conjuros que creyó podrían servir... pero nada parecía funcionar.
Ya cansado el brujo, preguntó al chico:
Dime, exactamente, las palabras con las cuales realizaste la maldición.
-¡No recuerdo bien! Lo siento.

Carmina interrumpió, diciendo:
-Yo sí me acuerdo perfectamente, pues llevo muchos años pensando en ello.

El brujo ansioso preguntó:
-¿Qué esperas niña? Habla de una vez, para que podamos liberarte.

Carmina, sin equivocarse, expresó exactamente las palabras de Alfonso; luego el brujo le pidió al chico que repitiera lo mismo, pero deseando lo contrario.

O sea que recitara las mismas palabras, solo que esta vez deseando que Carmina, siempre fuese libre y viviera feliz dentro o fuera de la casa; y después de ello, Alfonso tendría que romper el espejo, con una bola de cristal que el brujo le entregó. 
-¡Qué fácil! Exclamó el chico, lleno de felicidad. El brujo le advirtió que no era tan sencillo, pues no podía fallar en el primer intento; pues si no lograba que la chica saliera del espejo... la perdería para siempre.

Después, frente al espejo, se colocó, recitando la maldición que años antes lanzara a su amada; y luego, con todas sus fuerzas, estrelló la bola de cristal contra el espejo; el cual se partió en un millón de partículas... las cuales volaron por todo el salón, quedando así solamente el marco de madera.

Cuando el chico sintió que todos los cristales habían caído al suelo, sus ojos abrió y no vio a su Carmina. Infeliz se echó las manos a la cabeza, perdiendo el control, lloraba y gritaba:
-¡No ha dado resultado!
¡La he perdido para siempre!

El brujo descubrió que en el fondo del espejo, había quedado grabado un paisaje de desolación... lugar en el que la chica había estado vagando, durante su cautiverio.

Alfonso, al escuchar esto, terminó por desplomarse... pues había condenado a su amada, a vivir perpetuamente en ese lugar tan sombrío; más de pronto, a sus espaldas, volvió a escuchar el llanto de la chica, y al voltear... en un rincón estaba Carmina sollozando.

Él a su lado corrió, el sentimiento que le embargaba era de plena felicidad, pero igual un poco preocupado se sentía, pues temía haberla lastimado.

-Mi amor... ¿Te encuentras bien?
Carmina se abrazó a Alfonso, agradeciéndole por librarla de tan terrible encierro. 



La chica, con sus manos, el rostro de Alfonso acercó cubriéndolo de infinitos besos.

Agradecieron al brujo por el empeño y trabajo realizado, y este a su vez agradeció la oportunidad brindada, pues a lo largo de su vida, a muchos había ayudado rompiendo maldiciones. Sin embargo, nunca un caso, como el de ellos, había presenciado... y ahora a su casa partía, un poco más sabio.

Les compartió que lo más triste de su trabajo, era observar que en momentos de arrebato, las personas, a través de sus palabras, causaban grandes tragedias como las de ellos... Pero que existían infinidad de personas más, quienes por su falta de control... infligen a los suyos, día con día, heridas en el alma... que nadie puede sanar o remediar.
Los jóvenes se sintieron infinitamente bendecidos, por la suerte con la que contaron, y nunca más sus vidas separaron... acordando que jamás volverían a comentar, del infortunio que vivieron, a causa de su insensatez.

El marco del espejo era hermoso, por lo que decidieron adquirir una hermosa pintura en óleo; la cual juntos colocaron en el salón principal.

Este cuadro les serviría de recordatorio, para nunca volver a faltarse el respeto o maldecir... pues aprendieron que toda palabra dicha, tiene el poder de construir o destruir.

El fin de esta historia, es que curiosamente la chica; descubrieron que ella lucía tan jóvenes... exactamente, como el día, en que su historia de horror comenzó.


- Fin -



<Moraleja>
Elige siempre bendecir, en lugar de maldecir... Pues sabio es, quien cuida las palabras que salen de su boca, protegiendo así su vida y la de los suyos... Pero el ligero de palabras, cultivando, está el camino hacia su ruina.

Aquel que conoce el poder de la palabra, presta mucha atención a su conversación. Vigila las reacciones causadas por sus palabras; pues sabe que ellas no retornarán al mismo punto, sin haber causado su efecto.
*Florence Scovel Shi*
Enrique Nieto Rubio.
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 Silvia Regina Cossio Camara.